Rojitas y lindas. Cuando me acerqué a la puerta de la oficina y las vi, le dije al delivery guy:
"tú eres el repartidor de sonrisas, ¿verdad?". Muy serio él, me dio su lapicero y me pidió que firmara el cargo. Las coloqué sobre mi escritorio y en la notita estaba escrita una frase sencilla, pero nada simple.
¿Cuánta felicidad te puede causar un detalle que engloba tanto sentimiento? Me alegró la tarde,
me robó una sonrisa y me dio más ganas de ver al artífice de la sorpresa en casa esa noche.
Yo también te amo, chinito <3
OHH QUÉ LINDO!! =)
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