Mis genes de querer ganar dinero vienen desde tiempos remotos, cuando empecé a venderle a uno de mis hermanos unos pequeños negativos de Blanca Nieves; a otro hermano (sí, somos muchos) le lavaba el carro con la intención de sacar alguito, pero creo que nunca me pagó por eso. Luego, en 5to de primaria, me hice una platita en base a mi gran colección de stickers que los ilusos de mi colegio me compraban por S/.0.50 o S/.1.00.
Hace dos años cumplí una década de pertenecer a esa "divina" parte de la población que trabaja y se gana los frejoles de honradas maneras. Sí, fue en el verano del año 2000, cuando una ex cuñada mía me cedió su chamba de profesora de inglés en un instituto pichiruchi en Chorrillos. Me despertaba tempranito, chapaba mi combi y llegaba a mi centro de labores, muy feliz yo; tenía a mi cargo a unos 5 o 6 alumnitos, (todos criters, por cierto) y en el recreo que tenían, yo salía a comprarme coco dulce en el ambulante de la esquina. Obviamente, nadie nunca se enteró de que yo tenía 16 jóvenes años... Con ese primerísimo sueldo, corrí a GMO y me compré mis primerísimos lentes de contacto.
Luego de esa experiencia (y de que me gustara la plata), me recurseé de mil maneras: fui mesera en un restaurante hindú, vendí joyería Ilaria en el aeropuerto, fui reportera de un programa que transmitían por Soyuz, trabajé en la Contraloría General de la República, hice y vendí kekes en la universidad (a luka, caserita), tuve freelos como redactora y consultora de comunicaciones, fui niñera, repartí boletos de tómbola en un evento de la universidad, la hice como maquilladora por un día, posé para unas fotos de Apropo, vendí ropa en una tienda del Jockey Plaza, preparo y vendo cupcakes...
También tuve mi propia marca de ropa y accesorios, "Flor. Hecho a mano", junto a una amiga del colegio (con la que también organicé una fiesta pro fondos, ¡jajaja!). Ella y yo nos amanecíamos haciendo aretes, collares, pulseras, dijes, accesorios para el celular y todo lo que se nos ocurriera en la inmensidad de noche, sentadas en su cama. Tuvimos nuestros honrados puestos de venta en varias universidades cada vez que había feria: PUCP, UL y USMP. Incluso, tuve la suerte de sentarme con ella en una vereda, afuerita de la facultad de odontología de la USMP, con nuestra bisutería hecha a mano dispuesta a venderse como pan caliente. Y cuando pasaba el señor de las manzanas acarameladas, nos dábamos un break y cada una con su manzana en mano, hacíamos 'cronch, cronch' con los dientes mientras contábamos las monedas que nos habían caído esa tarde.
Encontré un diseño de tarjeta que hice cuando mi amiga y yo teníamos nuestro negocito (no nos llames, ya no antendemos) |
Creo que todo lo que he hecho en mi corta vida ha sido por las ganas de no querer salir a la calle sin dos monedas para la Coca Cola del día, para poder comprarme ese esmalte que tanto me gustó o para sentarme a tomar un café sin esperar a que me lo paguen. Es rico ganarte tu propia plata, ser miembro de la PEA (y no de la PENA...), darte tus gustos, pero sobre todo, es más importante darle el valor que merece eso que te ganaste sacándote la mierda, así hayas lavado inodoros en un restaurante o le hayas limpiado el poto a la viejita que te contrató para que la cuides. Todo se hace con esfuerzo y todo esfuerzo debe hacerse con ganas. Feliz Día del Trabajador:)
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