29.10.09

Celebro el ciberperiodismo. Soy ciberperiodista.

Por ahí la gente me pregunta "¿dónde trabajas?". Uno de mis hermanos (que vive en Venezuela) me afirma orgulloso, "supongo que estarás en El Comercio". Mi mamá no entiende, hasta ahora, qué rayos es lo que hago y me cuesta hacerle entender a mi papá que lo que escribo no se tiene que imprimir para ser leído.

¿Por qué es que hay una generación (o grupo de personas) que aún no puede darse cuenta de que el periodismo ha evolucionado y que ya no solamente se da en un periódico, en un noticiero o en un programa radial matutino? ¿Mentes retrógradas? ¿o cerradas? ¿o acostumbradas a lo clásico?

Tampoco yo voy a excluirme completamente de ese grupo. Incluso para mí era difícil entender, hasta hace poco, que podía hacerse un periodismo que no fuera ese del que hace noticias, ese del que se habla de política o economía sí o sí, porque tal vez también era de las personas que sentía que para hacer periodismo había que hablar de Alan García. Claro, hasta hace poco, cuando recibí una de las más importantes llamadas de mi historia (2 de enero de 2009).

Quizá sea necesario que uno mismo abra su mente y entienda que el periodismo de internet, el ciberperiodismo, es algo que ha abierto sus puertas hacia otros temas, tal vez, a noticias que no sean efímeras, como decían por ahí en el Coloquio de Ciberperiodismo en la PUCP, y esas noticias que no son efímeras son lo que yo hago, son mi chamba, son mi día a día.

¿Efímeras ¿Ah? Este es un término que podría darse muy bien para compararme a mí con un ciberperiodista de deportes, por ejemplo. ¿Por qué? Simple: él escribe hoy acerca de un equipo que hizo tres goles en un torneo de fútbol y, mientras tanto, yo escribo sobre las propiedades del sacha inchi. Puede que su noticia esté vigente por un par de días, pero la mía la podrá visitar lguien dentro de los próximos años también.

Con esto no quiero decir que las noticias que hagan otros no sean importantes, sino que cada una de las noticias va para un público en particular, para una necesidad en particular. Con esto quiero decir que me he dado cuenta de que un ciberperiodista no tiene que definirse como tal si solo escribe en diario más renombrado del país. El ciberperiodista puede definirse así siempre y cuando hable de temas que le importen a la gente, así sean hard news o artículos de moda.

Es por esto que celebro el ciberperiodismo; porque hoy puedo definirme como tal, porque lo que escribo es leído por miles de personas; porque el sitio (o, mejor dicho, los sitios) donde escribo tienen visitas que ascienden a las 40,000 personas diarias; porque no tengo que trabajar en el mejor periódico del país para saber que lo que estudié y en donde estudié valió la pena; porque no estoy todo el día pensando en que seguro hoy me cortan la cabeza por reducción de personal.

Necesitamos darle espacio a otro tipo de tecnologías e informaciones, y aceptar que estamos cambiando, evolucionando. Que no necesitamos imprimir para ser vistos o leídos y que podemos entregarle a la gente lo que quiere, así no sea coyuntural. Solo falta dar ese pequeño salto que nos puede hacer grandes sin la necesidad de quitarnos la etiqueta de "periodistas".

28.9.09

"Sírvase un payaso": la vez que gané algo y me reí como nunca

Hace algunas semanas me llegó un mail de Barena en donde me invitaban a ganar unas entradas para el teatro si jugaba a patear unas latas en su web. Jugué y jugué, pero nada... ¡Caray! ¡Qué mala leche!... A los dos días de haber jugado recibí una llamada que me hacía acreedora de ¡cuatro entradas para ir al teatro! ¡Qué emoshión!

Todas las veces que he intentando ganar algo me ha resultado fallido. La penúltima vez que me gané algo fue en un tómbola y al bendito juguetito ese que me regalaron (un Transformer verde limón de procedencia china) lo catalogué como estafa, porque debió haber costado una china y tuve que pagar dos lucas por ganármelo en esa tómbola del mal.

Llegué al Teatro Julieta con mis amigos para hacer nuestra respectiva cola. Debo reconocer que hubo una desorganización terrible, porque la boletería la abrieron tardísimo, entramos después de lo que nos citaron y mis asientos se los ocupó un gordito con su familia.

En fin, qué queda, sentarse a disfrutar no más (a ver si vale la pena). Al menos me regalaron una latita de Barena y una máquina de afeitar de triple hoja (pa´quitarse la barba, pe´, ¡ya tu sa´!).
"Sírvase un payaso", es el nombre de la obra que me hizo carcajear hasta más no poder; en verdad nunca me había reído así y por tanto tiempo seguido con las lágrimas peléandose por salir. Son cuatro los payasos protagonistas de la obra: Ranchi (Germán Ramírez), 23 (César García), Fito-Fito (Rodolfo Reaño) y Panta (Miguel Vargas). Los cuatro viven miles de ocurrencias en un bar, el Bar Juliet, tratando de entretener a la clientela, o sea, nosotros.
El dueño del bar -enloquecido y con problemas de esquizofrenia brava,- dos mozos -uno alcohólico y el otro, un enamoradizo feliz-, y el encargado de limpieza -un gordito bonachón-, fueron el cuarteto perfecto de esa noche de miércoles que terminó con una "oda" a Michael Jackson.
Al principio no entendí la mecánica de la obra, porque cada sketch no tenía concordancia con el siguiente, pero creo que de eso se trataba un poco. La escena de los Chichitos Chipy y la del Gran Macho (que se respeta) fueron las mejores. Lo demás no se los voy a contar, porque vale la pena que vayan a ver la obra.

“Sírvase un payaso va todos los miércoles, hasta el 25 de noviembre, en el Teatro Julieta. Comienza a las 9pm., pero traten de llegar temprano para evitar la cola. Las entradas las venden en la boletería y en Teleticket. No se olviden de reclamar su chelita antes de entrar a la sala.


31.8.09

A propósito del BlogDay

Me pasé la semana pasada escuchando la bendita canción que Ed hizo para el BlogDay en la oficina y hoy ya es todo un éxito el video que editó Lorena. Fue genial escuchar las risas de toda la gente que fue al María Angola para estar presentes en este evento que se hace cada vez más grande. Risas ,porque se veían en el video o porque veían a sus amigos bloggers haciendo el ridículo y a mucha honra (porque yo también lo hice).

Hace un año me enteré de que iba a realizarse el BlogDay 2008 en Perú, pero ni siquiera planeé asistir, porque no me interesaba mucho la idea; sí tenía blog y toda la macana, pero no veía la blogósfera como un sitio ideal y perfecto para mí. Al contrario, lo sentía súper ajeno y con las justas seguía los blogs de mis amigos y de los más conocidos, como el de Alicia.

Claro, hace un año... porque el viernes pasado estuve repartiendo stickers y lapiceros en el BlogDay 2009, apoyando a mi equipo, sintiéndome parte de un mundo (un tanto) ajeno para mí. Hoy puedo decir que esta "nueva sociedad" es genial y, aunque no conosco a todos (en realidad, casi a nadie), siento, a ciencia cierta, que quiero seguir siendo parte de ella y tratar de involucrarme más en el tema, así sea una taba con la tecnología y me niegue rotundamente a tener un Twitter.

Incluso descubrí que tengo una suerte de fan que me reconoció como una de las voces de Crazy Combi por el nombre en mi etiquetita blanca (e incluso ha hablado de mi en su blog). Ja, ja, ja, nunca nadie me había reconocido por "ser famosa" y sí que se siente súper divertido; ahora ya entiendo un poquito lo que debe sentir Gianmarco cada vez que le gritan "Habla, pela'o! Eres mi fansssss!" por la calle...

Seguiré feisbukeando y blogueando, pero no twitearé ni me pondré mi PuntoPe, al menos no por ahora, porque no tengo tiempo para poder bloguear tan seguido como quisiera; llego a casa con los dedos cansados de tanto escribir en la oficina y sin muchas ganas de apretar el botoncito de la laptop... Algún día escribiré y escribiré y escribiré, ¡porque yo también quiero ser un Blogstar!


12.7.09

Cerrando aquel libro

Había mucho tumulto, la avenida estaba cerrada y todos esperábamos lo mismo, ya sea para nosotros o para algún amigo o familiar. Cuando, finalmente publicaron esos resultados, pude saber y sentir por pocos segundos cómo era la sensación de ingresar a la universidad... "Admitido".

Hace ya una semana que cerré el libro que empecé a escribir hace siete años. Podré estudiar algo más en algún momento o podré seguir algunos cursos, pero este libro, esta primera estancia en la universidad, acaba de cerrarse, acaban de cambiar mi borla de lugar.

Llegué ese viernes apurada, con mi toga en la mano. Entré al salón donde nos tomarían las fotos personales; me arreglé, me miré al espejo y posé para esa cámara. Al salir del salón, me encontré con mis amigos, aquellos amigos entrañables que siempre estarán allí.

Entre la emoción del momento pude parar un instante y voltear a mirarlos a todos; estábamos ya con nuestras togas y nuestros birretes puestos, con expresiones de todo tipo en nuestros rostros, pero, especialmente, se nos veía hermosos, relucientes, llenos de expectativas.


Karlita, Olín, Morena, Nico, la China, la Pato, Margarita... Todos llenos de felicidad esperando los flashes de las cámaras. Todos lindos con sus ternos y nosotras maquilladas, arregladas... Chiarita acompañándonos, aunque no estuviera con toga.

De pronto ya estábamos dentro del Polideportivo, esperando a ser llamados para subir al estrado y posar felices, frente a nuestras familias, con el diploma que daba por "concluida" nuestra carrera universitaria en "la mejor universidad del país" (qué orgullo, carajo).

Me dio pena, sí, que ya todo acabara y que esa graduación, que yo tanto esperaba, ya haya pasado formar parte de la fila de lo que "ya fue". Pero, sé que más adelante, que después de esta ceremonia, nos espera lo mejor, nos espera el mundo, como dijo Margarita en su discurso.

Ahora soy feliz mirando las fotos de aquel día viernes 3 de julio, en las que aparezco con la sonrisa más grande del mundo (y con cara de mongolita), junto a esas personas con las que empecé a escribir este hermoso libro. Feliz, graduada, festejada... Periodista.

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6.5.09

Más que ayer

La verdad es que ni tiempo tenía de escribir en mi blog, cosa que ya extrañaba, pero creo que este preciso momento es perfecto para volver, después de dos meses de ausencia, a poblarlo de algunas cosillas mías y de mi felicidad circundante (acompañada de cara de tarada, gracias, Lore, por la acotación...).

Me di cuenta, nada más, de que en estos días me está recorriendo una sensación espectacular; eso que uno vuelve a sentir tiempo después de ya haberla sentido, eso que uno había dejado un poco de lado por los mil y un quehaceres de la rutina... Una sensación deliciosa y lo más rico es que es espectacularmente compartida...

Googleando (algo que hago demasiado últimamente), me encontré con una canción que ilustra a la perfección este momento. No creo ser la única que se siente así ahora, por eso quise compratirla, para que también la canten (una vez que tengan la letra a la mano) a voz en cuello, celebrando lo bello que es tener a ese alguien al lado.

The Spiral Starecase - More Today Than Yesterday.


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11.3.09

Nominaciones

Cuando ingresé a mi Facultad en la Universidad, ni siquiera tenía idea de que alguno de los trabajos que me matara haciendo durante un ciclo podía tener alguna nominación. Menos aún sabía que esta nominación se podía convertir en un premio durante una ceremonia larguísima, pero, muchas veces, divertida, porque estás con tus patas y los presentadores del evento son un mate de la risa.

Tiempo después comprendí que si te rajas en algún trabajo de foto, de video o de radio durante algún momento de tu vida, en la "facu" pueden llegar a reconocer tu esfuerzo y dedicación. Claro, tampoco es que ganes miles de dólares ni un crucero por el Caribe, pero sí ganas el reconocimiento y la adrenalina que te hace subir al estrado a recoger tu premio bonito.

Por suerte, tuve la suerte (valga la redundancia) de ser nominada a los Premios James un par de veces durante mi vida universitaria. En el 2008 fue a Mejor Reportaje y el anterior fue... ¿por qué rayos fue? Caray, ya ni me acuerdo.

Este año han nominado un trabajo mío, el último trabajo que hice en la Universidad. Claro, no es solo mío, sino de otros cinco compañeros más que sudaron la gota gorda junto conmigo. En realidad, la gota que sudé yo, no fue muy gorda que digamos, porque en algún momento -lo reconozco- me pasé de floja...

Nos costó alguna amanecida (en la que yo caí rendida), reuniones de domingo, mil horas pelándome de frío -pero feliz- editando en esa hermosa Mac que extraño, desembolso de mucho dinero, discusiones por montones, disgustos por doquier y peleas a morir, pero valió todo la pena.

No pretendo echarme flores, porque ese no es el caso. Solo quería resaltar la importancia de tratar de ser el mejor en lo que uno hace; aunque no haya dado mi 100% esta vez, sé que tuve un papel representativo en esto, tal vez menor que alguna otra persona de mi grupo, pero representativo al fin.

Acá les dejo el link del trabajo realizado para el curso Proyecto de Periodismo. Es un programa piloto sobre fenómenos paranormales con dos historias 100% verídicas (tan verídicas que presenciamos la recreación a un exorcismo). Dura, aproximadamente, 30 minutos. Recomendable.


21.2.09

Las 25 extensas cosas sobre mí

1. Cuando nací, pesé más de 4 kilos. Debí haber destrozado, literalmente, a mi madre por ser la última de 6 hermanos y por partos naturales. Cada vez que pasábamos por la Clínica Italiana me señalaba la habitación donde había pasado mis primeros días en el mundo... Qué tal bolita que fui...

2. Soy la última de 9 hermanos: 3 de padre, 3 de madre y 3 de padre-madre. Aún me queda una de mis hermanas por conocer. Solo sé que se llama Jessi... y tampoco sé si así se escribe su nombre.

3. Estuve en varios nidos, no por traviesa, sino por azares del destino. Terminé mi etapa inicial en el Little Villa. Recuerdo que ese nido quedaba muy cerca a la peluquería de Victor, un mariconcito que nos cortaba el pelo a varios de la familia. Victor aún tiene su peluqería en una de las cuadras de la avenida Conquistadores en San Isidro... ¿Qué será del mariconcito?

4. Estuve también en varios colegios, incluso estudié un año en Estados Unidos. Para ser más exacta, en siete colegios y no por traviesa, sino porque así lo quiso mi mamá. Terminé la secundaria en el CIFO. Mi mamá me quiso cambiar nuevamente de colegio en 4to de secundaria. Yo me negué.

5. Soy periodista de la PUCP. Confieso que escogí la carrera, porque era lo único que podía llamarme la atención. En realidad, yo quería ser actriz, pero sabía que nadie me lo iba a pagar. Más adelante, cuando tenga el dinero suficiente, voy a seguir cursos de teatro, aunque sea solo para darme ese gusto. Ahora ya entendí mi carrera y me gusta tanto como para estar ahora trabajando en ella y no en cualquier estupidez que de más plata. Una de las cosas que más me gusta de ser periodista es que me han entrenado en el arte de "atar cabos". Sorry, chochera, conmigo no puedes mentir... Ato cabo, tras cabo, tras cabo... y ¡zas! te la descubrí.

6. Mi primer beso me lo dio el hijo de la costurera de mi mamá. Ella se llamaba Brígida y vivía en La Victoria, muy cerca de la Municipalidad. Yo tenía como 5 años y él, como 8. El condenado chibolo me chapó y luego me tiró la puerta de su cuarto en la cara. No sé bien por qué lo hizo. Nunca le conté a mi mamá.... Condenado chibolo...

7. Mi primer beso de verdad me lo di con Vicente. Recuerdo que jugábamos Botella Borracha con los chicos del barrio cuando vivía en Santa Catalina y, entre beso y beso, nos "enamoramos". Vicente fue mi primer enamorado. Me acuerdo que se me declaró el 24 de diciembre de 1993, mientras jugábamos a las escondidas... Mierda, qué tal memoria... Yo tenía 9 años... Un tantito precoz... En total, me he enamorado 3 veces y he tenido 5 enamorados. Medio monse soy... Jajaja... Soy una señorita inocente y sin experiencias... Jajajajaja...

8. Adoraba las Barbies: las peinaba, las cuidaba, les cambiaba de ropa... ¡Tenía miles! Recuerdo haber ido a jugar a la casa de mi amiga Desireé y, como ya éramos más grandecitas, jugábamos a que Barbie y Ken eran "marido y mujer", jajajaja... Teníamos como que 10 años... Nuevamente, un tantito precoz.

9. Tuve la suerte de conocer otras ciudades: Miami, Carolina del Norte, Caracas y Pavía, una ciudad al norte de Italia en donde había puro viejito y en donde las pistas no estaban del todo asfaltadas. Solo me quedé dos días y no conocí una mierda. Allá vi una película en italiano y la entendí casi a la perfección; nunca supe el nombre, pero me encantaría volverla a ver. Ese va a ser el siguiente idioma que llegue a dominar, así no me sirva para nada.

10. Viví un año en Miami y mi mamá nunca me llevó a Disney. A donde sí fuimos fue a un parque llamado Parrot Jungle. En uno de los shows me ofrecí como voluntaria para un espectáculo y me pusieron un serpiente pitón en el cuello. Cuando acabó el show mi mamá se encontró una cámara Polaroid, de esas que toman fotos instantáneas. Nunca la devolvimos.

11. En el colegio nunca fui buena en conducta, creo que solo una vez saqué quince en primaria y fui la niña más feliz del mundo. En el CIFO pasé más clases de química y de física fuera del salón que dentro de él, porque siempre me botaban. Obviamente, no siempre era yo la culpable, pero, como era "la escandalosa" me echaban siempre la culpa. Jajaja... Una vez me enfrenté al profesor de física para que no me bote, porque era injusto; mandó a llamar a la directora para que ella me bote. Ella no estaba en su oficina y no logró botarme esa vez... Todo por ser una chica reilona... ¡Dios! ¡La risa es buena para la salud! Jajajaja.

12. En una época de mi vida fui cantante. En realidad, siempre me gustó cantar, pero me daba vergüenza hacerlo. Un día, mientras preparaba panqueques, canté y una ex cuñada se soprendió de mi voz. Yo no hice caso, sino hasta unos años después cuando Sebastián me llevó a un coro. Me dijeron que era Soprano y, pues, me la creí. Incluso grabé un disco con la gente del coro, con temas religiosos en quechua. No sé dónde está mi disco. A algún pericote se lo presté y jamás lo devolvió... Tengo que ir a comprarme otro...

13. Tuve un grupo de amigos hace unos años. Nos hacíamos llamar "Los Cochinolas". Nos juntábamos todos los sábados a chupar Ron con Pepsi (porque la Coca Cola era más cara para nuestros bolsillos de estudiantes mantenidos) en un parque de Surco. Esperábamos a que amanezca para ir a comer los tamales de la Tía Gladys, afuera de la panadería Rovegno en la Benavides. La gente de los micros nos miraba, mientras nosotros nos sentábamos en la vereda a comer el tamal de la misma panca, todos en filita (los que sobrevivíamos). Todos teníamos sobrenombres de animales con los que nos identificábamos; yo era la Tigresa... Fue una muy buena época... Con Diego, Sebastián, Héctor, Sipi, Jean Paul...

14. Tengo la manía de carajear, mierdear y putamadrear a diestra y siniestra. Simplemente soy lisurienta y me jode que algunas personas se espanten y se jacten de ser santas palomas (cosa que me pasaba en mi anterior trabajo). Si algún día te suelto una, no te ofendas, es una reacción normal, ¿así como cuando comes mariscos y te enrronchas? Igualitito... Jajajaja...

15. Detesto la mentira, la hipocresía, la conchudez, la falta de huevos de una persona para mandarse a hacer algo, el engaño en todas sus formas, la falta de constancia, la envidia... Uff... tantas cosas cochinas y horrorosas... huácatela... Ah! y también detesto encontrar pelos en la comida de la calle...

16. No tengo muchos amigos, pero los poco que tengo son valiosísimos. No los voy a nombrar a todos, porque, si me olvido de alguien, la cagada. Últimamente estoy frecuentando mucho a Chiara: colega, compañera, cómplice y amiga. El otro día le contaba algunas cosas en el baño mientras ella se bañaba. De pronto me dijo "te quiero mucho, amiga!" a lo que yo respondí "yo también, pero si fuera lesbiana este no sería el mejor momento para que me digas eso". Después nos fuimos a comer pollo. Gracias por siempre escuchar y hacerme cagar de la risa en el "Chiarimóvil".

17. Tengo a dos de mis mejores amigos en el extranjero. Erick está en Chile y Ángela está en Estados Unidos. Casi nunca conversamos, pero cuando aparecen por Lima nos contamos nuestras vidas y nos cagamos de la risa. ¡Cómo los extraño!

18. El CIFO me dejó pocos, pero muy buenos amigos. Una de ellas es Karina. Con ella me detestaba en el colegio. Recuerdo que una vez escondí un grillo seco en su toalla cuando nos fuimos a Piura a hacer labor social, porque yo sabía que los bichos le daban terror; cuando vio el grillo, salió despavorida del cuarto gritando "¡¡¡Malena, esto nunca te lo voy a perdonar. Nunca!!!". Años más tarde nos perdonamos mutuamente y ahora conversar con ella es muy reconfortante. El año pasado tuve un problema y ella estuvo para mí como yo jamás pensé; desde ese día ella se ganó el cielo. Gracias por siempre escuchar. (Sorry por contar lo del grillo, es que cada vez que me acuerdo ¡¡me re cago de la risa!!).

19. Tengo, también, una hermana, no de sangre, sino por las circunstancias. Ella era mi todo; siempre tenía un consejo, un chiste o un chisme. Incluso, una vez nos tuvimos que bañar juntas por falta de agua; imaginen ese grado de confianza. Ahora estamos alejadas. Hace un tiempo nos pedimos disculpas, pero creo que eso no fue suficiente. Le he mandado mails, pero sigue reacia a volver a conversar bien conmigo. No voy a negar que la extraño y que me encantaría verla, ir al casino a comer, ir a tomarnos un café, joder a la gente en la calle, echarle perfume a la gente apestosa del micro, amanecernos haciendo aretes e intercambiar ropa para no usar lo mismo en el siguiente tono. Aún eres mi hermana, Yaya.

20. Tengo 4 tatuajes. El primero es una estrella en la pierna izquierda que me la hice en el 2004; no me arrepiento de tenerla incluso sabiendo que alguien más la tiene en esa misma pierna. El segundo es un arcoiris que tengo en la espalda que representa un cambio de vida, las ilusiones y a un ser humano increíble. El tercero es un caballito de mar en la pierna derecha que representa al gusto infinito de mi padre por el mar y mi amor infinito hacia mi padre. El cuarto son 3 estrellas sobre la cadera izquierda, porque 3x5=15 y aquel ser humano increíble también las tiene, porque el 15 es un número mágico.

21. Me encanta el cielo y los alucinantes colores que puede tener en una tarde de verano a las 6pm. Me encantan las flores por su inmensidad de colores. Me encantan los animales, los bichos los detesto. Me encanta mi país, por lo que me da y lo que no, por lo increíble y lo inmundo que puede ser. Me encanta el sonido de los árboles de eucalipto cuando cae la tarde y las hojas se chocan entre sí. Me encanta el sonido del mar cuando la ola revienta en la orilla. Me encanta Hello Kitty. Me encanta llamarme Malena. Me encantan las fotos. Me encanta el pollo a la brasa, la palta y los helados en sus infinitos sabores (menos el de ron con pasas). Me encanto ser como soy.

22. Soy una persona sensible, reilona, llorona, quejona de todo y todos (carajo, hago respetar mis derechos...), amorosa hasta más no poder (puedo estar como koala colgada del cuello de alguien todo el día dándole millones de besitos), soy muy amiga (creo que ya demasiado a veces), sé guardar secretos por eso muchos confían en mí, soy una persona "radiante" (calificativo no mío, sino de muchas personas que así lo piensan).

23. Por mi familia mataría. Que nadie jamás se meta con ellos, porque soy capaz de todo por defender a los míos. Así no los vea siempre, son muy importantes para mí. No me llevo muy bien con mi mamá, pero la adoro. A mi papá lo amo y a mis hermanos ni qué decir. Uno de ellos en especial es con el que mejor me llevo. Creo que es porque siento que somos muy parecidos. Nos llevamos 8 años, pero eso no implica que no podamos tener confianza. A él le debo muchísimas cosas que poco a poco iré compensándole cuando vaya pasando el tiempo. Te amo, Lito. Gracias por tu apoyo, siempre.

24. Tengo una persona maravillosa a mi lado y, gracias a Dios, que lo encontré en mi camino. Rogelio es ese ser humano increíble que ha hecho que cada mañana sea más especial que la anterior, que los viernes por la noche estén llenos de conversaciones, que los vinitos con queso no sean solo eso, que las risas y bromas sean el pan de cada día, que las madrugadas sean especiales, que el ser pareja sea radicalmente diferente a todo lo que había vivido. Ha hecho que me enamore nuevamente y ha hecho darme cuenta que el amor a primera vista sí existe. Por eso y mil cosas más no dudo cada día en darle las buenas noches y decirle que lo amo.

25. Creo en Dios por sobre todas las cosas. Siempre he creído en él y no porque me lo hayan impuesto, sino porque es mi fe. Sé que existe, así otros digan que no. Sé que me oye, así aunque otros digan que no. Es un apoyo que tengo en mi vida. Jesús es mucho para mí.

(PERDÓN SI ME EXTENDÍ...)

Las huevadas que me hace hacer el Facebook...

15.2.09

Hace un año que...

Alguien dijo por ahí que el tiempo es relativo y sí que dio en el blanco. Algunos decían que todo iba muy rápido. Otros, que piense bien las cosas y que no actúe a la loca, porque podría salir herida. En realidad, nunca actué así y tampoco resultó rápido para mí.

Hace exactamente un año que llegó a mí ese alguien que todos/as tanto esperamos en la vida. Después de muchos traspiés, caídas, subidas, idas y venidas, terminé conociendo a alguien en una mesa cochina de una disco cochina y, bailando, en esa pista cochina, me sonrió y se dio el lujo de conquistarme poquito a poquito en tan solo una semana.

Las noches, los días, las tardes y aquellas madrugadas, riquísimas madrugadas, en las que hay tantas cosas de qué conversar y tantas travesuras que hacer. Cada hora del día, cada llamada, cada risa, cada abrazo, cada beso y cada estupidez, hacen de esto una maravilla.

No tengo miedo de sentir, no tengo miedo de decirle cuánto lo amo cada día, porque sé que él tampoco tiene miedo de hacer muchas cosas, aunque a veces se haga el fuerte. Sí, todo fue rápido, pero valió la pena. Hemos construido algo muy bello y sólido, a pesar de las piedras del camino y se hará más fuerte de ahora en adelante.

Este es el primero de todos...

¡Feliz Primer Aniversario!

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13.2.09

Agendas (y la necesidad de escribir) - Parte II


Pues bien, como resultado del post anterior, en el que hablaba sobre una necesidad imperiosa de tener una agenda este año, salí el viernes de esa semana a buscar una sin importar el precio.

En realidad, buscaba una Unga nuevamente, pero pequeña, como las que ya había tenido, para que me quepa en la cartera. Fui a Jesús María con mi papi y Mari, pero como que rebasaban mi presupuesto y el decir "no importa cuánto cueste" se convirtió en una contradicción con mi bolsillo.

En la noche volví a casa y luego llegó Ro. Me dijo "cierra los ojos...". Recordé que me había dicho hacía un par de días que tenía una sorpresa para mí y el mongolito se la paraba olvidando en la oficina... Puso algo en mis manos y me dijo "ya puedes abrirlos..".

Era la agenda Crayon! Una vez más me había sorprendido con algo que yo quería. De hecho, la empecé a adornar unas horas más tarde. Ya tiene los stickers que tanto quería ponerle y algunas entradas de las discotecas del sur.

Soy consciente de que me falta seguir escribiendo, pero la pereza me gana cada noche cuando llego a casa y solo atino a ponerme pijama. Prometo escribir más o al menos las anécdotas más importantes del día a día...

Ya tengo agendita... Yupi, yupi, yupi yeeeeiiiii!!!!!

(Perdón, mis estimados... este post debí escribirlo hace un mes, pero no tenía la fotito correspondiente...)

29.1.09

Helado Inca Kola: de (ex) Sabor Nacional

El comercial lo vi ayer, pero la noticia la supe la semana pasada de un comentario que hizo Lorena en la oficina... "va a salir el helado de Inca Kola...", dijo, pero quedó como un comentario más del día y seguí haciendo lo mío.

El otro día, caminando frente a una bodega, vi un letrero pequeño encima de la congeladora de helados Donofrio que decía algo así como "¿¿ya probaste el nuevo helado??"... Carajo, eran casi las 10 de la noche y caminando por San Miguel no hacía mucho calor que digamos. Guardé mis ganas. Otro día será.

Hoy, Santos desapareció de la oficina y de pronto,regresó gritando... "¡¡¡Tengo helado Inca Kola!!!". Se lo quise quitar, pero por obvias razones no me dejó... Corrí, abrí la puerta, "¡¡¡heladeeerooooooo!!!", grité. El señor dio media vuelta a su carrito y ya eran dos personas más queriendo probar el helado de (ex) Sabor Nacional detrás mío.

Ah, no. Esta vez no me perdería de probarlo y tampoco lo vería de lejos anhelándolo. Por S/. 1.50 pude probar el nuevo experimento de Donofrio. ¿El sabor? Uhmmm... Muy parecido a la gaseosa, pero sin burbujitas (je, je, je). Dulce. Frío. Amarillo. Inca Kola.


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8.1.09

Bienvenido 2009

Este 2009 empezó con el pie derecho para mí. Lo recibí en la playa con mi chinito y unos amigos. La verdad -y seré súper sincera- no me metí la bomba de la vida, por el contrario me fui a dormir a la 1:30 de la madrugada.

Me agarró una gripe asquerosa que me tumbó a la cama con fiebre de 39 grados el primer viernes del año. No quise regresar a Lima; la casa de playa era segura, tranquila y calientita. Además, sabía que alguien allí me cuidaría mejor que cualquier eminencia médica.

Fue un fin de semana de sol, playa, arena, parrilladas, oportunidades, amor y mocos por montones. A pesar de la enfermedad maligna, puedo decir que la pasé súper lindo y que me supieron cuidar muy bien. No tomamos cantidades industriales de fotos, pero tengo el recuerdo de un Año nuevo diferente y lindo en la memoria (aunque aún siga con una tos de perro...).

Los fines de semana de verano que vienen regresaremos a esa casa calientita que nos acogerá con su agua helada de tanque, agua dispuesta a enfriar nuestros insolados cuerpecitos después de un gran día de playa, y de remojar los mondongos en la arena y el mar.

¡Qué rica vida! De todas maneras sé que tendré que calentar agua en mi ollita para bañarme con tacita y no morir en el intento con una pulmonía fulminante.

Bienvenido 2009. Muy-bien-venido. Te perfilas como uno de los mejores años de mi vida.

Aquí les dejo algunas fotitos de mi fin de semana de Año Nuevo 2008-2009. Enjoy.





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6.1.09

Agendas (y la necesidad de escribir)


Recuerdo la primera agenda que tuve. Era de Garfield y me la compró mi mamá cuando estaba en segundo de secundaria. Un año antes de eso veía que todas las niñas de mi colegio tenían una agenda súper linda y yo era una de las pocas que no poseía una.

Realmente no era por falta de plata, sino porque hacía tiempo que no iba a un colegio "normal" en Lima (y no es que fuera tarada, sino que los azares del destino -y mi madre- me hicieron trotamundos y trotacolegios).

Esa primera agenda, un par de años más tarde, terminó mutilada: corté todos los dibujitos de Garfield para pegarlos dentro del locker que compartía con mi amiga Sara en cuarto de secundaria (y en otro colegio, dicho sea de paso.).

En ese mismo año me compraron mi agenda de Pascualina. ¡Esa era tan, pero tan linda! La decoraba y escribía todo lo que me pasaba en el día. Por obvias razones la guardaba lejos de mi progenitora; todos mis íntimos secretos estaban escritos y nadie podía enterarse de ellos y, menos, mi "amá".

Ahora que lo pienso, era en vano esconderla tanto de ella; yo era más santa y más monga que nada era tan fuerte... "Hoy me besé con X, jijijiji"... Yo y mis grandes travesuras de la época...

Tiempo después, crecí (de edad, mas no de talla...) y comencé a recurrir a un tipo de agendas un poco más de "chica grande". Ya no quería los dibujitos y los stickers de alguna caricatura famosa. Fue allí cuando llegó a mis manos una agenda muy especial. Era de papel reciclado y de la marca Unga.

Mi hermano, Toño, se había tomado la delicadeza de regalármela por Navidad y yo la usaría durante todo el 2003, guardando mis nuevas aventuras con mi primer enamorado "en serio" y mis primeras experiencias en la universidad. Siempre decorándola con vouchers del cine, stickers y dibujos hechos con lapiceros de colores.

¿Por qué me acordé de todo este rollo de las agendas? Buena pregunta. La respuesta: me falta una. Me acabo de dar cuenta de que uso mi linda cabecita como agenda, confiando en que no me fallará en ninguno de los pendientes que tengo por estos días... Jueves: cita médica... Viernes: visitar a mi papá... Domingo: cumple de mi chinito... Martes: encuentro con Kari... Y empiezo a sentir que debo apuntar todo lo que tengo que hacer.

Además, recuerdo que era bonito echarme en mi cama cada noche y escribir lo bonito o lo feo que me había pasado en el día. De hecho, eso es algo que he perdido, pero que quiero recuperar; siempre me gustó escribir y no me acuerdo en qué momento dejé de hacerlo a diario.

El domingo que pasó lo hice en una libreta muy linda que tengo y me gustó mucho volver a hacerlo. Creo que esa puede ser otra de las promesas para este año que ya empieza a correr.

Gastaré mis 30 lukitas en una nueva agenda; la verdad es que estoy empezando varias travesías en estas semanas -que poco a poco podré ir contando- y no quiero perderme ni un detalle.

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