3.12.10

Ese gran día con el que muchas (o todas) soñamos


Alguna vez soñé con un vestido de novia de cola larga, súper larga, y muy blanco, como los de las novias de novela. Casarme con el príncipe azul, muy parecido al que tuvo Cenicienta, que me despierte con un beso y me lleve a un castillo divino. Que la historia termine en un "...y vivieron felices para siempre. Colorín colorado, este cuento se ha terminado".

Claro, la vida es diferente; no hay caballos blancos, ni zapatos de cristal. Tampoco hay expresiones de novela o príncipes con capa. Cada uno elabora su colorín colorado con un sueño real, con un vestido real y con un hombre real.

Mañana es el gran día, nuestro gran día. Después de haber tenido que correr de un lado para otro, de organizar, de ahorrar y de dormir poco, al fin me llegó ese momento con el que muchas soñamos desde chiquitas, desde que entran a tallar los cuentos de Disney en nuestras pequeñas vidas.

No estoy tan nerviosa, sé que todo va a salir perfecto. Lo único que me aterra es que me dé fiebre por culpa de esta gripe de último momento. Quiero reír, llorar de alegría, saltar, tener millones de fotos, miles de felicitaciones, embriagarme, quedarme jato en el jacuzzi del hotel y llevar por siempre ese aro con el que soñé desde que lo conocí.

Mañana nos casamos, y así no tengamos luna de miel (porque la adelantamos), no importa, estamos formando nuestra familia de a pocos, en orden, con un paso a la vez y me encanta. ¡Mañana (por fin) llegamos al corazón dibujado en el calendario!

24.10.10

Show de Nubeluz 20 años después: ¡Grántico, Pálmani, Zum!

La espera valía la pena. Despertarme los sábados y domingos antes de las 8 de la mañana para esperar aquel programa, hacer barras por mi equipo favorito y bailar todititas las canciones que ya me sabía de memoria. Nubeluz fue todo un ícono infantil en los noventas, y tanto fue la fama que tuvo, que se extendió desde Perú a varios países alrededor del mundo.

El programa salió al aire un 1 de setiembre de 1990. Hoy, 20 años después, voy a volver a cantar y bailar esas canciones. El show que prometen los integrantes de Nubeluz es espectacular, así que no vale perdérselo. De hecho ya estoy practicando para ese día. Ya me bajé todas las canciones desde la página oficial y las guardé en mi humilde Mp4; me dan tanta nostalgia... y como soy una llorona, segurito que chillo en el show.

Nunca me llevaron a la nube, pero con mi independencia (y la edad) voy a poder pagarme la entrada. El show de Nubeluz 20 años después va a ser en dos diferentes fechas y zonas de Lima:
Las entradas ya están vendiéndose en Teleticket y según los organizadores ya están volando. Los precios son bastante accesibles y son los mismos para todas las fechas:
  • Zum: S/. 32.
  • Pálmani: S/. 53.
  • Grántico: S/. 84.
  • Glúfico: S/. 105.
Además de todo lo que nos espera, el show de Nubeluz también servirá como un homenaje a Mónica Santa María, mi dalina favorita, desaparecida desde marzo de 1994, pero jamás olvidada. Digamos que Almendra le debe bastante, porque fue Mónica quien la recomendó cuando todavía se estaban haciendo los castings.


¿Quiénes del elenco se han vuelto a juntar? Las dalinas, gólmodis y cíndelas ya están ensayando para nosotros:
  • Almendra Gomelsky - Dalina.
  • Lily Braun - Dalina.
  • Rossana Fernández-Maldonado - Cíndela.
  • Anna Carina Copello - Cíndela.
  • Daniela Serfaty - Cíndela.
  • Anabel Elías - Cíndela.
  • Antuané Elías - Cíndela.
  • Noelia Cogorno - Cíndela.
  • Marco Zunino - Gólmodi.
  • Cristian Rivero - Gólmodi.
  • José Val - Gólmodi.
Los dejo con unos cuantos videítos; algunas entrevistas y una de mis canciones favoritas. Ningún veinteañero que haya soñado con subirse a la nube puede faltar. ¡Auguro que va a estar pajita pulenta!

¡Grántico Pálmani Zum!














Imágenes: Facebook, RPP.

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28.9.10

Mi hermano, el gigante


Gracias a él tenía que prender las luces de noche y revisar tras la cortina del baño para ver si estaba Freddy Krueger. Me asustaba diciendo que Poltergeist me iba a llevar. Apuntaba en mi agendita telefónica de Mickey Mouse los teléfonos de La Mosca y Pablito Ruiz. Una vez me rompió la carátula de mi cassette de Vilma Palma e Vampiros y me tiró los pedacitos en la cara.

Yo perseguí con un palo a su amigo por todo el pasaje donde vivíamos, mientras le gritaba "¡¡¡te voy a matar!!!". Golpeé el suelo a propósito para que él pensara que me había golpeado, me puse a llorar de mentiritas y él subío corriendo a abrazarme; yo le pateé los huevos cuando me cargó. Para despertarlo, me sentaba sobre su poto cuando él estaba bocabajo y yo saltaba encima. Descubrí que guardaba su plata en una lata de Pringles y él se dio cuenta, así que me dejó un mensajito: "enana de mierda, no toques mi plata".

Él y yo hemos sido muy unidos, al menos eso siento. No sé si es factible decir que a él lo quiero más que a los demás, pero es una idea que frecuentemente se me pasa por la cabeza. Es que hay millones de cosas que me hacen sentirlo, como cuando llegó de sorpresa -después de tiempo que no pisaba Lima- y nos dijo "hola", como si nada; casi me da un paro en plena calle. Qué roche.

Me acuerdo cuando mi mamá contaba que él sacaba su promedio de matemáticas para ver con cuánto tenía que pasar el examen final en el colegio. Muchos no daban un centavo por él en los estudios. Hoy es un gigante (y no solo de altura) en lo que más le gusta: los bichos. Pronto se irá a Estados Unidos a hacer su doctorado, becado; justo el otro día le preguntaba cómo podía ser posible que estudie tanto y tanto, ¡por 4 ó 5 años más!

No sé cómo hace para memorizarse los nombres larguísimos de esos insectos que le apasionan... Yo le señalo alguno de los que tiene en su laboratorio y me dice "esta es una Hadrostethus eberhardi, de la familia Ichneumonidae y del orden Hymenoptera...". Yo a las justas puedo pronunciar mi nombre, creo.

Cuando lo visito me muestra todas sus publicaciones y los estudios de entomología que está haciendo... ¡en inglés! Sabe que solo entiendo los artículos y conectores (porque lo demás es incomprensible si no eres de su especie), pero aun así me da sus papeles para que los lea. Yo lo jodo y le digo que no entiendo nada, pero la verdad es que me encantaría abrazarlo y decirle cuánto lo admiro por ser tan amante de lo que hace. Seguro se da cuenta de que no entiendo, porque me sienta junto a él frente a la compu y me explica un poco más su chamba.

¡Cómo lo quiero cuando es tan paciente! Una vez me enseño eso de familia, género, orden y subgrupo de las especies, con una ruma de zapatos que iba sacando del ropero. También me enseñaba matemáticas cuando yo estaba en secundaria, pero terminaba diciéndome "¡no seas bruta!" cuando no entendía algo. Él no cerraba el libro y me mandaba a la michi, sino que volvía a explicarme el problema para que me entre de una buena vez, haciendo garabatos lindos con su lápiz en una hoja de papel.

Casi nunca lo entiendo en sus fórmulas y huevadas científicas, porque él es de otra especie, me parece. Debe ser de una especie opuesta a la mía (o sea, no-bestia), pero tan parecida a la vez. Hoy comíamos Cuates a la misma velocidad; de eso me di cuenta sin que él lo supiera. Nos parecemos mucho, creo que por eso lo quiero tanto.

Lito, cuando yo tenga 80 años y tú, 88, sígueme diciendo enana mostra y golpeándome la frente con una cuchara cuando no te entienda. Pero hazlo suavecito, ¿ya?

9.9.10

Luis Miguel: el rey en tierras cholas

Cómo olvidar a aquel muchacho que salía en los videos que pasaba Enhorabuena los sábados de antaño. El bigotón los presentaba y a millones de mujeres (y niñas) se nos caía la baba jodidamente frente a la tele. Yo me ponía mis panties rosadas y mi ropa de baño encima, atuendo perfecto para bailar mientras los veía.

Por esa época recuerdo que me encantaba verlo piloteando su avioncito en el video de La Incondicional. Siempre creí que al final del video la chica se confundía de "amor" y abrazaba a otro pata pensando que era aquel al que le escribía cartas. Inocente yo... resultó que la mujercita esa nunca llegó al encuentro de Luismi... ¡mala mujer!



En Suave, salía casi casi pachamanquándose con dos flacuchentas (lecheras) y todo mojadito durante gran parte del video. "Esclavo al fin soy de tu piel", quiero que me digas a mí, papacito, porque estás más bueno que el pan.



Después le tocó ser bien pacharaco al muchacho. Cómo es posible que a mi lado, tuvo demasiados colores, pasitos de baile y otras dos flacuchas (jorobadas); se rumoreaba que una de ellas (la más jorobada) tenía algo con mi papi, mi churro, mi Micky, mi rey... ¿Era cierto? Algún día me enteraré. No pude colocar el video acá, pero lo puedes ver en YouTube.

Y así siguieron viniendo los videos de Luis Miguel, el Sol de México, pero él no hacía lo propio, porque a Lima ha venido poquísimas veces (la última en el 2004). Pero ya te toca, papacito, porque el 4 de noviembre pisarás suelo cholo para hacernos delirar, así es, de-li-rar. Solo necesito 200 lukitas para mi entrada, precio de las más baratitas...

Lo últimito del rey se llama Labios de Miel, canción que me la ha dedicado a mí, por supuesto. (Brincos diera). No, la verdad es que se rumorea que se la ha dedicado a su maligna ex novia, Daisy Fuentes. Se dice que la suertuda endulza sus ricos tecitos con miel (¡¿miel?!, ¡¿las regias comen miel?!), por eso el título de la canción. ¿Será?



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4.9.10

Lasagna en Huérfanos

Me toca comenzar a hacer tachones en la agenda de boda, así que hoy fui al Centro para mandarme a hacer el vestido de novia. En el micro no podía dejar de pensar en aquella revista en la que había leído un artículo acerca de unas estupendas lasagnas en una antigua panadería de Lima.

Resulta que el dueño de este local es un italiano que vive en Lima hace como 60 años, Aroldo, y como buen italiano, pues de hecho que su fuerte son las pastas. Si lo habían citado en esa revista, junto a restaurantes como el Vivaldino y la Huaca Pucllana, tenía que ser bueno de todas maneras

Fui a tomarme las medidas para el vestido y mientras tanto trataba de recordar la dirección exacta para no perderme. Pregunté a un par de personas por la calle y caminaba haciéndome la gran conocedora del lugar; no llevé cartera, por eso podía caminar aún más segura por Lampa, Emancipación y Huallaga.

Llegando al cruce de Lampa con Puno, me sentí muy cerca del lugar, pero me dio un poco de miedo... "¡La cagada! Creo que ya me perdí...", pero no, solo tenía que caminar por una avenida más transitada y listo. Aunque la verdad es que estuve a punto de tirar la toalla e irme a almorzar un rico chifita en la calle Capón.

De pronto, miré hacia arriba y ¡bingo!, encontré la bendita calle: Azángaro. Caminé mirando la esquina del cruce con Puno, donde decía Antigua Panadería y Pastelería Huérfanos. Hora de almorzar.

La carta no es muy variada, pero el ambiente te hace sentir como en una fonda de antaño, de esas que no llegamos a conocer cuando estaban "de moda". Me tomó la orden un viejito gordo y tuve que pagar por adelantado. Varias de las mesas estaban ocupadas con gente rellenándose con pastas; en una de ellas una señora almorzaba sola y su plato se me antojó en el acto.

Me sirvieron una lasagna, dos panes franceses y una Pepsi de vidrio. Todo por S/. 13.10. Pensé no comerme el pan, pero sucumbí ante uno, perfecto para limpiar la salsa del plato, como para cobrarme hasta los impuestos. El relleno estaba buenote: jamón, queso y salsa blanca, todo bajo un baño de salsa roja con carne y queso parmesano.

Siempre nos preguntamos dónde comer ricas pastas en Lima y esta es una excelente opción si es que estás de compras por el Centro, y si ya te aburriste del típico chifa o del Roky's de Jirón de la Unión. Aparte de lasagna puedes encontrar canelones, tallarines y ravioles, además de los ñoquis, que son lo más barato de la carta. Y como es una pastelería, puedes comerte un rico milhojas como postre si aún te queda espacio en la panza.

Encontré un suplemento en la web en donde hablan también de este restaurante, Variedades, un semanario del diario El Peruano. No pude tomar fotos de mi plato, pero encontré un video en la web en donde le hacen una entrevista a Aroldo. La reportera es más aburrida que jugar Monopolio solo, pero algo de información extra encontrarás.





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10.8.10

El Tip Top de siempre

Mi mamá y yo siempre hemos sido bastante tragonas. Por ejemplo, cuando era niña, los martes siempre iba María a la casa, una empleada súper buena onda que cocinaba para toda la semana. Entonces, como para el martes no había comida, mi mamá nos llevaba, a Julio y a mí, al KFC o al chifa E.Pon, los dos en la avenida Aviación.

Otro de los grandes antojos era ir a una esquina de Santa Beatriz por unos ricos anticuchos, a comer de carretilla, con su ajicito más, o a Magdalena, a la dulcería Santa Rosa, en donde siempre pedía frejol colado y en donde vendían "pastillas de chiquitolina"; nunca las pedí, tenía miedo de encogerme...

Si estaba de suerte, podíamos terminar con una orden de hamburguesas, papas fritas y chicha morada en la panza. ¿Dónde? En ese gran restaurante de los deliciosos helados de cono que casi nunca me dejaba comer mi mamá. En el Tip Top, ese Tip Top de siempre.

El Tip Top era genial, y lo mejor era que te traían la comida en una bandejas que encajaban perfectamente en los vidrios del carro. Amaba ver venir a los mozos con sus corbatitas michi con esas bandejas de metal en las manos, mirando hacia nosotros, como avisándonos que ya llegaba el majestuoso pedido.

No sé porqué dejamos de ir, pero simplemente un día el Tip Top desapareció de mi vida. Siempre lo veía de lejos y no me atrevía a volver. Un día quise regresar con una amiga, pero me dijo que habían bajado la calidad y que las hamburguesas estaban horribles.

El sábado pasado, después de 15 años de ausencia, volví a sentir ese mismo aroma que me transportó inmediantamente al Dodge Dart verde agua del 68 de mi mamá. Cerré los ojos y no dudé ni un segundo en pedir unas papas fritas, como las de antaño, y un Milo Shake bien heladito sin importar que era medianoche.

Eso que dicen acerca de que los olores realmente nos llevan a momentos inimaginables y dejados en nuestro rincón cerebral del olvido, es totalmente cierto. Y si no me pedí una cheeseburguer fue porque no tenía mucha hambre, pero prometo regresar a ese Tip Top de Lince, el de siempre.

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20.6.10

Cómo preparar cakepops

El fin de semana fue cumpleaños de un amigo y quise innovar, no llegar con un trago, sino con unas sorpresitas para que las reparta entre quienes vayan. Feliz yo, me dediqué toda la tarde a hacer cakepops, una receta interesante (y nada rápida de hacer...) que anda pululando por Internet; yo quise hacer mi propio tutorial:)

Lo primero que hice fue preparar un keke de chocolate (también lo puedes comprar). El sabor puede variar con el que más te guste. Lo desmenucé con un tenedor cuando se enfrió hasta que quedó bien deshecho. Encontré una receta de bizcocho rojo, pero esa ya la utilizaré en otro momento.

Para poder amasar bien y hacer las bolitas, le eché al keke un poco de manjar blanco. Yo usé una bolsita de 200 gramos de manjar Bonlé, que me gusta mucho, por cada 400 gramos de bizcocho; con esta cantidad es suficiente. La parte que más me gusta es amasar con la mano, porque se torna todo más divertidoXD

Formé bolitas, todas bien parecidas en tamaño. Pude haber usado una de esas cucharas de helado para que todas tengan la misma cantidad, pero no fue necesario, las hice al ojo y me quedaron súper bien. Las metí a la congeladora por unos 15 minutos, pero también pueden colocarse en la refri por unos 30 minutos.


Mientras las bolitas se enfríaban, me puse a derretir el chocolate (usé cobertura Negusa). Para la cantidad de keke (400 gramos) utilicé dos tabletas y media, más o menos. Puse a hervir agua en una ollita pequeña y sobre ella, un pyrex con el chocolate. La cobertura se derritió solo con el vapor, pero también puede hacerse colocando el pyrex dentro del agua.

La cobertura no necesariamente tiene que ser de chocolate de leche, sino que también puede usarse bitter o chocolate blanco; este es ideal si alguien necesita teñirlo de colores y hacer diseños más divertidos. De hecho es más trabajoso, pero encontré unas ideas buenísimas en la web de Bakerella, una pastelería del país del norte que tiene dulces deliciosos (al menos así se ven).

Encontré unos palitos de madera; de hecho buscaba los de plástico, como los que se usan en los chupetes de caramelo, pero no encontré. De todas maneras, mejor usar estos, porque tienen la punta bien afilada. Bañé la puntita de cada palito en chocolate y los metí en las bolitas, bien hasta el fondo para que no se salgan; las bolitas frías hicieron que se solidifique el chocolate dentro de ellas y estén más seguros los palitos.

Comencé a bañarlas cuando todas las bolitas estaban listas con los palitos. A mí me gusta tener todo a la mano para no tener que dejar la cocina por nada del mundo. Encontré una cuchara grande que me ayudó un montón al momento de bañarlas, o "pintarlas", como yo lo llamo.

Me di cuenta de que no era viable sumergir completamente las bolitas en el chocolate; primero, porque se demora más en secar, y segundo, porque gasto más chocolate. Las pinté bien y las cubrí con grageas de colores.


También se puede utilizar otro tipo de caramelos, como bastones o grageas más pequeñitas de un solo color, dependiendo de la ocasión. Se me ocurre que una buena idea es hacer caritas o diferentes personajes, como muestran en Bakerella...

Como era cumpleaños de mi pata, encontré una cinta de color azul, compré unas bolsitas y las envolví bonito. No sabía dónde rayos colocar las sorpresitas para que se vean lindas, así que se me ocurrió tomar presatada de mi cocina la canastita de pan.


Me hubiera gustado que las fotos salgan más lindas, pero es culpa de la cámara, jejeje. El sabor de los cakepops es buenote y de hecho va a variar según cada ingrediente que utilices; de repente un keke de vainilla será menos dulce que uno de chocolate, pero definitivamente me quedo con esta mezcla:)

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18.6.10

Los fines de semana

Fin de semana, finde, o simplemente fin, la cosa es que se empieza a esperarlo con ansias desde el domingo a las 9 de la noche, cuando uno se da cuenta de que Cuarto Poder ya está por terminar y que es momento de ver a Bayly, "a ver qué rayos nos trae esta vez".

Cuando terminé la universidad me di cuenta de lo valioso que puede ser el fin de semana, de todas las cosas que podían hacerse y de lo rico que podía ser descansar por 48 horas seguidas enredada con la colcha cual oruga, a menos que toque algún cumpleaños, alguna fecha importante en el calendario o cualquier tipo de ágape familiar.

Me acuerdo que cuando era chica esperaba el fin de semana para ver Nubeluz y Hola Yola. Me levantaba tempranito, antes de la 8 de la mañana (tiempo que usaba para ver los programas de ventas por TV hasta que comience el ansiado show), y ni bien sonaba la canción inicial, me paraba de la cama para seguir todititos los pasos... "Ya llegó el momento de bailar y de reír, laralaralara...(8)"



Yo era una nubetora hincha del equipo rojo y siempre soñe con llevarme uno de esos conos que segurito tenían una cantidad infinita de dulces. Por suerte tuve la dicha de verlo en físico, porque mi vecina se ganó uno de esos y la verdad que no se veía tan despampanante como en la tele; también se ganó una medalla con el arcoiris de Nubeluz y tampoco se veía tan true.

Pasó el tiempo, se acabó Nubeluz, Yola ya no hizo más un programa y yo, como era debido, crecí en edad (mas no en estatura). Mis fines de semana ya no eran más para bailar frente a la tele y tampoco para jugar con los vecinos. Ahora los findes eran un suplicio total lleno de separatas y resaltadores.

Ya en la universidad, mis fines eran para estudiar, claro que no siempre me terminaba las separatas, pero al menos hacía el intento. Yo prefería estudiar los fines de semana y no amanecerme todo el tiempo con miles de tazas de café con Coca Cola; ni cagando, esa vaina no era para mí.

Luchando entre separata y separata, se acabo la universidad y pasé a entender lo necesarios que son los fines de semana para hacer cualquier cosa, menos estudiar, por supuesto. Asumo que en unos pocos años los extrañaré jodidamente, porque me encontraré limpiando potos y preparando biberones, pero esa ya es harina de otro costal.

¿A qué vino todo esto? Es que mi amixín bombín, Santos, puso en su Facebook un video de Nubeluz y me hizo recordar mi niñez, los fines de semana y en cómo va cambiando la vida... ¿Cómo será que los demás aprovechan sus findes?