23.2.12

Mi bozo adolescente


Me imagino que muchas niñas y adolescentes deben tener un bozo pronunciado. Yo no consideraba tenerlo. Es más, no me di cuenta de su presencia hasta que mi madre lo mencionó en algún momento entre mis 12 y 16 años. Pero no solo lo mencionó, sino que trató de eliminarlo, de borrarlo de la faz de mi rostro a como diera lugar.

Uno de sus intentos (el más radical) lo realizó en la peluquería de Gladys. Era un día común y corriente, uno de aquellos en los que vas a cortarte el pelo y a leer revistas de esas que no compran en tu casa. De pronto, a mi progenitora no se le ocurrió mejor idea que preguntarle a Gladys si el blondor se podía usar también en la cara, "como para que no se le vea tan oscurita a mi hijita".

Creo que tenía unos 14 o 15 años y me quedé sentada en la silla de la peluquera viendo cómo esa mala mujer preparaba su mezcla tóxica en un plato hondo de plástico. Me dejé aplicar la decoloración en la cara, en toda la cara... Sí, me dejé como una monga, dejé que me pusieran ese líquido apestoso por unos 20 minutos para que haga efecto, "pero en el contorno de los ojos no, porque arde"...

No sé qué fue peor, si ver a mi madre feliz porque los vellos de mi cara estaban finalmente rubios (su sueño hecho realidad) o notar que, efectivamente, estaban rubios todos, menos los del contorno de los ojos... Sí, parecía un oso panda, un gran oso panda.

Su segundo intento (y el último, porque decidí tomar posesión de mi cuerpo y que nadie le haga nada que yo no quiera) fue entre los 15 y 16 años, y bien lo recuerdo. Andábamos en Saga, caminando, viendo ropa, relajadas en una tarde de fin de semana. De pronto, el demonio personificado se acercó: "señora, ¿no desea llevar cera depilatoria en oferta?". No recuerdo bien si la cara de mi madre se iluminó por la oferta o porque se imaginaba qué es lo que me haría con la cera...

Segundos después, ya tenía esa cera caliente sobre mi bozo. La promotora sin corazón le había hecho caso a mi madre y me había aplicado ahí mismo, en el pasillo de la tienda, el producto, "para que vean lo efectiva que es", pero no sin antes echarme talco a la zona. Claro, y como existe gente bien chismosa, se aglomeraron a mi alrededor, en una especie de círculo de sacrificación satánica. Pobre yo, pobre mi bozo, pobre mi adolescente bozo.

Otros segundos más después, esta otra mala mujer tiro de la cera seca y mi bigotito desapareció. Me echó una crema post trauma y mi madre se sintió nuevamente realizada "porque la más oscurita de la familia ya no tendría pelitos de más en la carita". Caminó hacia la primera caja que encontró a su paso con su (mi) cera depilatoria en oferta en las manos. La pagó y nos fuimos a casa; ella, feliz por haber comprado un maravilloso botín, y yo, enrojecida y adolorida.

De ahí en adelante, si hay que arreglar asuntos entre mis vellos y yo, me ocupo personalmente de ellos. Ahora que lo pienso, creo que es por el trauma que no voy a ningún spa a que me hagan la cera...

21.2.12

Accesorios nuevos: dorado y azul


Me gusta el corner de Do It en Saga. Pasar por ahí es como matar dos pájaros de un tiro: ya no tengo que ir hasta la tienda para ver cositas lindas. De reojo me llamaron la atención los aretes de lacitos, ¡se ven lindos puestos! La pulsera de cadena con dijes también me jaló el ojo; pensé dos veces en llevarla porque no suelo utilizar cosas azules, pero justo tenía en la mano una blusita de gasa beige que me iba a comprar y que de hecho (¡oh, coincidencias de la vida!) combinaría lindo con ese color.

Lo que me convenció de que me llevara las dos cosas fue el precio: S/.6.90 por los aretes y S/.9.90 por la pulsera. Vale la pena pasar por Do It de vez en cuando, porque un detallito adicional (súper barato, por cierto) puede crear siempre un look diferente. Ou yea!

17.2.12

Vintage shopping: ropa de segunda mano en Lima


Son miles las personas que tienen sus huequitos o huariques donde comprar ropa de segunda mano, pero siempre los mantienen en reserva, no nos cuentan de ellos, se quedan calladitas... Antes era como de misios comprar cosas de segunda, pero ahora es toda una moda y cada vez más gente recorre callecitas limeñas en busca de tesoros, de esa blusa que nadie más tendrá o de un blazer antiguo de color pastel que tu costurera te arreglará (a los que le llaman 'vintage', porque "qué roche decir que es de segunda").

Pues bien, hoy les voy a contar varios de esos lugares para que vayan el fin de semana, se regocijen con la ropa y vengan con las bolsas negras llenas después del vintage shopping, ¡y si quieren me cuentan qué compraron!

Galerías de la Av. Grau
Solía ir muchísimo en mi época de universidad y la compra que más me gustó fue un abrigo hasta la rodilla en color marrón que me costó S/.50 (en la época en la que nadie usaba abrigos en Lima). Encuentras de todo, desde blusas, pantalones y carteras, hasta muñequitos de la Cajita Feliz. La última vez que fui compré maxifaldas a S/.5 y S/.10, y una blusa animal print por S/.20.

Una de las galerías se llama Fronteras Unidas y está a un par de cuadras del cruce de Grau con Abancay, pero no toda la galería es de ropa usada, sino solo las últimas 4 o 5 hileras. Si caminas un par de cuadras más (en sentido opuesto a Abancay), vas a encontrar otra galería más amplia y ordenadita, con precios buenos también.

Mercado de Surquillo
Fui hace unos meses porque me contaron que vendían muebles mostros (queda por la calle Dante). Los precios son bastante caritos para ser cosas viejas y usadas, pero claro, como está tan en boga lo vintage, entonces se ponen súper vivos. Casi todo son muebles, vajillas, cosas de fierro para decoración, pero por ahí también puedes encontrar algo de ropa y accesorios, pero tienes que buscar bien o preguntar.

Jr. Junín 265, Centro de Lima
A este hueco sí que no he ido, pero he leído que varias fashion bloggers, como Lorena Salmón (de Fashionjolik) y Fiorella Rossi (de Ponte tu Vestido), conocen y lo recomiendan. Es una buena excusa para ir al Centro este fin (si es que no quema mucho la calor...).

Tienditas de Magdalena

Son dos tienditas, una al lado de otra, que hace varios meses descubrí. Quedan en la Av. Grau (también llamada Av. Lazo), justo antes de llegar al Roky's del Mercado de Magdalena, cerca a la Plaza Principal. No he comprado ahí nada aún, pero alguna vez que fui escuché que la señora que atiende te guarda las cosas que quieres previo adelanto, así puedes ir "amortizando" hasta que llegues a la totalidad y puedas llevarte tus tesoros a casa. Además de ropa, venden zapatos, carteras y algunas cosas para la casa. ¡Ojo!, atienden hasta temprano, cierran golpe de 6pm. todos los días.

Mercachifles Perú
Es el proyecto de unos chicos que cazan tesoros, los ponen lindos y los venden en Showrooms, que por lo general son o en San Isidro o en Barranco. Han pegado bastante. Una vez los visité cuando recién empezaron, pero no compré nada; no descarto volver cuando tenga un tiempito. Lo que me gusta de ellos es que se afanan un montón en la producción de sus fotos y en escoger lo que van a vender. Ubícalos por facebook para enterarte de qué día será el siguiente Showroom.

Calle Capón c/. Paruro
Esta esquina es dichosa (además de que el chifa que está justo ahí, frente al BCP), porque casi siempre hay una señora o un joven que venden carteras bastante lindas y antiguas. Solo hay que tener cuidado, porque por ahí que pueden tener alguna yayita fea.

Trueca - Mercado de Pulgas
Es un mercado de pulgas al estilo de los yunaites. Es súper surtido, ¡a mí me encanta! Lo hacen cada 3 meses más o menos y por lo general se ubican en una callecita de Surco. Debes ir temprano porque los tesoros puedes acabarse rápido, además de que muchos revendedores entran ni bien abre la feria y se llevan muchisisisísimas cosas. Yo me he comprado ahí ropa, y tres carteras súper bonitas, de S/.5, S/.9 y S/.12. Pueden enterarse de las fechas a través de su facebook.

Las Traperas
También es una especie de feria que abre por temporadas, aunque me ha llegado el dato de que van a estar atendiendo permanentemente. Están ubicadas en Barranco, en una casona linda y muy cerca a Metro de Grau. Te aconsejo que vayas con bastante efectivo, porque hay cosas baratas y otras, no tanto. La semana pasada fui y me compré unas playeras Old Navy amarillas y nuevas a S/.12.

Lo que venden es de gente que la deja a consignación, así que si tienes cosas que ya no uses (no solo ropa, sino accesorios, muebles, carteras, platos, ollas, etc.) en buen estado, puedes contactarlas en facebook.

Marca en Construcción
Es bastante parecida a Mercachifles, pero creo que no se mueven tanto como ellos. Tienen varios álbumes en su facebook oficial que puedes revisar ¡y acabo de ver que tienen vestidos de S/.15!

Reloved
Es una boutique en la que puedes vender lo que ya no usas, como en Las Traperas. Lo venden en la tienda y si quieres ver lo que tienen, debes sacar una cita. También tienen página de facebook para que la visites.

¿Conoces algún otro huarique de ropa vintage?

@ Madam Tusan

Llegamos tipo 8pm y como supuse, no había sitio. Nos pusieron en lista de espera, espera que seguramente duraría más de 30 minutos, pero qué importaba, yo quería entrar a ver el dragón rojo, a comer rico y a celebrar nuestros 4 años de amor.

{Datazo: si tampoco encuentras sitio, ¡no te sientes ahí a esperar! Anda al 15.50 que está al lado, siempre hay algo lindo que puedes comprar; yo aproveché para comprarme un LBD <3}

Nos asignaron mesa, pero fue justo la primerita, al lado de la entrada. Eso no me gustó, pero ni modo, Madam Tusan estaba repleto (y parece que así es todos los días). Ro y yo revisamos la carta, y la verdad es que no es tan caro como uno puede pensar: hay piqueos de S/.15 y que se pueden compartir previos al plato de fondo. Interesante menú.


La decoración de Madam Tusan es súper chévere. Rojo por todos lados, plantitas, paredes de espejos y techos con detalles de madera. Es bien acogedor, pero nada romántico; es un restaurante común y corriente, solo que bastante bonito.


Decidimos ordenar tres platos, como para que haya variedad: un arroz chaufa de pollo (S/.14), unas fajitas chiferas (S/.29) y un 4 asados (S/.59). El chaufa estuvo rico, pero con un sabor súper diferente a lo que estamos acostumbrados; lo que me gustó es que no se sentía grasoso como en el común denominador de chifas. Las fajitas chiferas, ricas, pero no las volvería a pedir, es como que vayas a un chifa de barrio, te pidas pollo con verduras y lleves tus tortillas mexicanas para envolver el guiso; o sea, divertida combinación, pero no ¡wow! Lo que me encantó y que comería hasta morir fue el 4 asados: chancho, pollo, costillas y pato, todos asados, con un sabor deliciosícimo (especialmente el pato, ¡nunca he probado sabor igual ni en Capón!), altamente recomendable.


Quería tomar algo con alcohol y que sea de la casa, me encanta probar cosas nuevas. Me decidí por un Miss Capón (S/.14): combinación de vodka, tuna roja, mandarina y otras magias más, que hicieron de este traguito uno bien fresquito para la noche. Ro pidió una Inca Kola, por eso no hay foto:P


Cuando pedimos la cuenta, noté que nos estaban cobrando las corbatitas de cortesía, pero normal, fue S/.0.01 por cada una. Lo que sí me pareció súper raro es que nos debieron dar S/.8 en sencillo por el vuelto, pero solo nos dieron S/.7; parece que por culpa de los 2 céntimos de las corbatitas, redondearon el vuelto...


Ah, sí, y llegando a las sobras... Realmente estos tres platos fueron demasiado contundentes para nosotros; era como para tres personas, y si fuese así, la cuenta saldría unos S/.50 por cabeza, muy bien pagado. Pedimos el resto para llevar y nos dieron una bolsita de papel muy linda; adentro, dos envases descartables de platina y una cajita para el arroz, como las que te dan en los restaurantes de comida china en los yunaites. Más detalles bonitos.


Me quedé con las ganas de mis galletas de la fortuna. Cuando leí acerca del restaurante en otros blogs, hablaban acerca de las galletitas, pero nunca llegaron... La atención fue buena, aunque, claro, se demoraron más de 20 minutos en traer nuestro pedido y me imagino que es porque el lugar estaba repleto.

¿Regresaría? Sí, porque los precios son accesibles, incluso para hacer previos, porque todos los tragos de la casa están S/.14 y la barra del bar se ve muy linda. Si voy de nuevo, un patito asado no me vendría mal:)

Madam Tusan... ¿de dónde nace el nombre? Según lo que he leído, resulta que antiguamente, cada chifa de nuestra ciudad era comandado por una señora, una "madam" cabeza del restaurante. En cuanto a "tusan", así se les llamaba a los primeros descendientes de chinos que nacieron en Perú. Saquemos nuestras propias interpretaciones... 

¿Dónde?
Madam Tusan
Av. Santa Cruz 855, Miraflores
Reservas: 505-5090

14.2.12

#SanValentín


Tengo recuerdos de este día desde hace muy pocos años. Hoy estaba pensando en qué hice por San Valentín desde 2006 y me he dado cuenta de que mi memoria selectiva funciona muy bien, porque no me acuerdo de nada. De lo que sí me acuerdo es del 14 de febrero de 2008.

Además de que Ro me cayó 2 veces y de que obtuvo 2 respuestas negativas de mi parte (¿se imaginan lo que hubiera sido celebrar nuestro aniversario en esta fecha?), me dio un regalo bastante particular. Andábamos saliendo y yo alucinaba que, como él quería algo serio conmigo, pues se iba a esforzar al menos un poquito y me traería un globito, una flor, una carta, ¡algo cliché para la fecha!

Nos encontramos en Miraflores y fuimos a mi departamento. Nos sentamos en mi silloncito mientras yo pensaba en lo que él podía traer guardado en su mochila, que por cierto se notaba algo pesada... ¿sería una tarjeta?, ¿quizá un globito en forma de corazón?, ¿una caja de chocolates? ¡Nada de eso! ¡No seas ilusa! Era algo más "especial"...

Abrió el cierre de la mochila y vi cómo en cámara lenta sacaba una botella de pisco y un jabón de limón de Natura en su bolsita transparente. ¡WTF! De hecho no podía reclamar, todavía no tenía el tiempo necesario para hacerlo (¡jajaja!), pero fue un detalle divertido que trajo consigo una anécdota para contar de San Valentín, nuestro primer San Valentín.

Al día siguiente, Ro me preparó un Pisco Sour y obtuvo una respuesta positiva de mi parte:)

13.2.12

Stroopwafels, ¡benditas sean!

Nos devoramos las últimas tres del paquetito
que me trajeron de Holanda mientras nos íbamos a la playa :)

Era diciembre de 2010 y hacía un año que no veía a mi amiga. Nos citamos en San Antonio para chismear un poco de cómo nos había tratado la vida en este tiempo; a mí en Lima, a ella en Holanda. Después del abrazo respectivo y la emoción, abrió su cartera: sacó un cajita con posavasos de madera labrados a mano y una bolsita con 10 galletas.

Las benditas galletas eras redonditas, marroncitas y rellenitas. Me comentó que eran súper típicas de Holanda, como la mazamorra morada en Lima más o menos. Curiosa (y hambrienta) abrí el paquetito, di un mordisco y... ¡OMG! ¡Pero qué ricas, por mi santa madrecita!

No recuerdo haber probado algo tan sabroso en mucho tiempo, algo con un sabor tan diferente a lo de todos los días... Mantequilla, caramelo, canela... ¡no encontraba palabras para describirlas! Y hasta ahora no lo logro, porque volví a probarlas hace poco; luego de otro año de ausencia, mi amiga volvió a casa no sin antes meter a su maleta otro paquetito para Male, la adicta.

Son unas galletas redondas con relleno como de caramelo que han ido evolucionando desde que un panadero las inventó en 1784 y lo más interesante del caso es que he encontrado (¡por fin!) una ciber-tienda que vende stroopwafels en Lima. ¡Sí, sí! Casi muero de la emoción cuando me enteré que ya se comercializan por estos lares, así que hice mi pedido, desembolsé mis 15 solcitos y las recogí en Miraflores. No me pude resistir y me comí 3 al hilo (¡son grandes, del tamaño de la palma de la mano!).

Claro, de hecho las originales, las holandesas, tienen otro sabor, un no sé qué que las hace absolutamente únicas, pero las que están preparando y vendiendo los chicos de Stroopwafels Perú tienen su cuota de adicción también; siento que no son tan grasa como las holandesas y hacen sabores variados, dos puntos muy a su favor. Si ya probaste estas galletas de caramelo porque alguien te las trajo de souvenir y también te enloquecieron como a mí, ¡ya sabes que aquí en Lima las puedes encontrar!

12.2.12

¿Un cebichito donde Pedrito?

Domingo. Hora de almuerzo. Ro propone un nuevo lugar, un huarique en Magdalena, uno de barrio. Teníamos antojo de pescadito y lo bueno es que el local quedaba cerca de la nueva casa.

Lo primero que vi antes de entrar al restaurante fue una pizarra y un "HOY: huevera frita" escrito con tiza blanca; no recuerdo la última vez que comí eso, pero sí recuerdo lo mucho que me gustaba, así que fue mi opción para el almuerzo. Ro pidió un mixto de ceviche con chicharrón, ambos de pescado, y unos choritos a la chalaca para picar.

Pedrito queda en Junín, Magdalena, esa avenida que te lleva derechito a la Javier Prado si es que estás viniendo desde San Miguel; me acuerdo que siempre que pasábamos por ahí me llamaba la atención ver el restaurante repleto, con gente afuera esperando a que una mesita se desocupe.

Me gustó mucho y es súper barato. Por los tres platos más una Inca Kola, la cuenta sumó 40 soles. Los choritos tenían harta salsita de cebolla, estaban frescos y bien taypá; yo, por lo general, con un solo bocado me como todo un chorito a la chalaca, pero esta vez fueron 3 bocados y hasta usé una cuchara. Pienso que el ceviche de Ro pudo haber sido más gustoso, pero aún así estaba rico. Mi huevera estuvo deli, un tanto diferente a la que preparaba mi papá en casa cuando era chiquita, porque esta estaba arrebozada, pero eso no le quitó el sabor.

De hecho regresaría, porque además del sabor, el servicio fue bueno y bastante rápido para ser domingo (y no tener ni una mesa libre). ¿La dirección exacta? Junín 731, Magdalena.

(Las fotos las tomé con mi celular y la cámara no es muy buena).

Choritos a la chalaca, media docena

Mixto: cebiche con chicharrón, ambos de pescado

Huevera frita

11.2.12

"Amiga, pa' cachar, pe"

Miles de "astutos" hombres que pululan por las calles no tienen mejor idea que lanzar a viva voz lo primero que se les ocurre a las damas veraniegas. No hay mujer que se salve: feas, bonitas, rubias, chinas, gordas, flacas... ¡Ninguna! Y por supuesto, ellos alucinan que nos halagan, que nos hacen un favor diciéndonos lo rico que sería "darnos por el culo".

Justo estaba viendo un video de Malena Pichot (La Loca de Mierda, ¿la recuerdan?) en el que resumía un poco nuestras ganas de asesinar a todo aquel que osa si quiera hacer algún sonido gutural al vernos pasar, porque, claro, los muy educaditos no tienen reparos en pasarte la voz como lo hacen con su perro: 'psss, pssss' o 'tsss, tssss', sueltan los machos, machazos.





No entiendo, ¿realmente creen que vamos a voltear y agradecerles el "gesto"? ¿O que vamos a ir a su encuentro, abrazarlos y realmente ponernos en cuatro, justo como quieren? ¡Sarta de ilusos! Nada les cuesta, si realmente les llamamos la atención, darnos un piropo, un 'qué guapa' o un 'preciosa', pero ¿'que rica vagina'?; por favor, ¡¡¿¿cómo corchos pueden saber si es rica o no??!!

Estoy harta, harta, de que, con todo este calor, prácticamente tengamos que salir con cafarena a la calle, porque si mostramos un poco de carne, ¡la que nos espera! ¡Todo nos lo quieren meter por ahí! Un día, siquiera uno, deberíamos poner en práctica todas las mujeres lo del videíto ese que circula por facebook...




He dicho, ¡jum!

10.2.12

Deditos de colores

Me gusta leer el blog de Ale Gallegos prácticamente a diario. La he visto una sola vez en mi vida y ya me cae bien; se le siente sincera, no como otras bloggers a las que se les nota mala onda y que la verdad, no sé a quiénes les han empatado para sentirse divas. En fin, revisando su blog, vi una entrada que me inspiró a pintarme las uñas de una manera divertida también (puedes inspirarte a través de este link ---> http://www.alegallegos.com/2012/02/summer-colors.html).

Justo hace unos días me compré dos esmaltes Colorama de Maybelline, y debo decir que están muy buenos. Debe ser que han mejorado la fórmula o algo, porque hace mucho tiempo dejé de comprarlos; se descascaraban rápido y no duraban nada, pero ahora están súper buenos y tienen colores que difícilmente encuentras en otro lugar (a menos que sea en OPI), como el verde (Absinto) y el naranja (Laranja Cítrico) de la foto.

Me hice un 4 en 1 (pintar 4 uñas de un color y una, de otro) con esos colores y antes de echarme el top coat, me acordé del post de Ale y pensé que sería divertido hacer alguito más. Encontré un clip en mi cajón del escritorio, y con la punta me hice unos polka dots de diferentes tamaños solo en una uña. ¡Me parece que se ven lindas!

Por cierto, ¡acabo de descubrir un truco para que el esmalte dure mucho más! Me compré el base coat y el top coat de OPI y lo que hago es darle dos capas de top coat a cada uña. Además de que brilla súper paja, protege mucho más que con una sola pasada. Estos dos esmaltes creo que han sido mi mejor inversión del 2011. Sin lugar a dudas.



9.2.12

En fotos: florecitas rockeras

Cuando caminas por la calle en verano y sientes ese aroma, entre dulce y hermoso, eso que hueles, eso mismo, son las florecitas blancas del arbusto que acabas de pasar sin darte cuenta. Esa es mi flor favorita para oler: el pequeño, pero poderoso, jazmín. Amo las flores, sus colores son mágicos, tanto como sus formas.

La primera foto la tomé en el Vogue en Vivo 2011 del Jockey Plaza. Es una gerbera naranja preciosa que sobrevivió un par de días en mi casa. La segunda es de un lilium fucsia; unos muy parecidos tuvieron protagonismo en mi bouquet de matri civil, por eso, cuando lo vi en el florero de una oficina, no dudé en tomarle una foto con mi cel.

Las margaritas amarillas hicieron perfecta combinación con el turquesa de la piscina y aproveché para hacerles unas tomas con mi cámara nueva. Las dos últimas las tomé en Máncora; simplemente me encantó como se veían en la playa. La amarilla es una trompeta dorada, y las moraditas son bugambilias.







8.2.12

En fotos: la comida me hace feliz

Si hay algo que me encanta es la comida, aunque ahora me haya puesto a dieta... Además, me gusta tomar fotos cada vez que puedo y también, editarlas. Amo Picnik y la noticia de que desaparecerá en abril me pone cada día más tensa, porque hasta ahora no he encontrado ningún editor de imágenes que tenga filtros tan pajas como esa web.

Me encanta poder compartir con ustedes algunas fotitos que irán apareciendo en el transcurso de los días. Hoy edité varias que me gustan muchísimo, pero no puedo ponerlas todas en un post, así que he pensado en dividirlas por "categorías". Esta es una de mis favoritas. Ñom!






7.2.12

Mudanzas... ¡las odio!


Sí, pues, las detesto. Sacando la cuenta de cuántas (malditas) veces me he mudado, puedo decir que, en promedio, es una por cada año de vida que tengo, más o menos.

Todo se inició por el lejano 1995, cuando a mi madre no se le ocurrió mejor idea que alquilar nuestra (bueno, "su") casa propia para mudarnos y ver la posibilidad de buscar el sueño americano... Después de la separación de mis papás, mi madre me llevó a vivir y estudiar por un año enterito a los yunaites. Cabe recalcar que no conocí Disney. (Por cierto, en el ínterin de casa propia-yunaites, nos mudamos dos veces más, y allá, otras dos veces).

Luego de eso, regresamos a Perú y nos mudamos, a ver... unas 9 veces, contando aquella vez en que partimos a las Europas europeas, nuevamente para perseguir otro f****** sueño que tampoco dio resultado.

Harta de mudarme (y vivir) con mi progenitora, me fugué con mi hermana a un cerro en La Molina, allá donde llega el viento y pega la vuelta... Ahí mismo. En fin, el airecito puro nos duró menos de un año, porque de ahí nos mudamos a San Borja (al menos, más céntrico).

Luego, por esas cosas del destino, me tuve que ir a vivir sola, y en menos de dos meses me mudé 2 veces dentro de San Borja también. La gracia, como sospecharán, no duró mucho tampoco, porque al año, nuevamente mudanza... Y un año después de eso, otra vez.

Claro, se deben estar preguntando "¿se mudó de nuevo esta pendeja?", y sí que atinaron... Pero no por voluntad propia, sino porque la dueña del 1203 quería su departamento de regreso. ¡Qué vaina! Al menos antes había sido más sencilla la cosa, porque yo solo tenía tres cachivaches, una mesita y un microondas de 1992... Ahora, tuvimos que mudar un depa completo, con sala, comedor, cuadros y demás huevadas que coleccionamos durante el último año.

He estado pensando que puedo poner mi empresa de embalaje/mudanzas en el corto plazo, porque me he vuelto más que experta. Si me necesitas, búscame.

Ah, por cierto, la única mudanza que no me ha pesado es la del nombre del blog. Adiós, "mundoazu-lado," ¡hola, "La vida según Male"!