29.12.08

Mi buena "Feliz Navidad"

Existen personas que detestan la Navidad sin razón aparente. Se pasan todo el mes de diciembre diciendo que es un asco el tráfico, que el excesivo gasto de dinero en regalos es una reverenda estupidez, que las lucecitas de las calles los aturden y nunca, nunca explican el por qué de su molestia; tan solo se remiten a joder. No ahondaré más en este tema de “el peruano recontra Grinch”, porque la Morena ha hecho una muy buena síntesis de esto en su blog.

Hay otras personas, en cambio, que adoran –o a las que por lo menos les gusta un tantito- estas fechas. Yo soy una de ellas. No voy a decir tampoco que me muero por la Navidad, pero sí admitiré que los adornos de los jardines y los arbolitos iluminados de los parques de San Borja me hacen sentir nuevamente como una niña (en especial ese árbol con bolas de luces enormes que está muy cerquita de mi casa).

Me encanta el chocolate caliente, así muchos digan que es una tradición estúpida siendo verano en Lima. El panetón bañado en mantequilla y remojado en el chocolate me fascina, y creo en la existencia de un Papá Noel, aunque no sea como la figura de ropas rojas y barbas blancas como lo pintan siempre.

Recuerdo que la Navidad del año pasado fue rara. Me tocó enfrentar el hecho de vivir completamente sola y sin tener el menor tiempo para ordenar mis cosas, porque en todo diciembre ayudé a Chiara a vender ropa y carteras en El Trigal. Llegaba por las noches a esa asquerosa habitación atiborrada de cajas, comía un par de tostadas, tomaba agua y me echaba en la cama a ver Alf.

Todas las noches de diciembre de 2007 fueron casi iguales. Recuerdo también dormir sola el 24 y despertar sola el 25. El sentimiento de tristeza me embargaba y creo que era por los cambios por los que estaba pasando. Tanta tristeza -y estupidez- me embargaba, que hasta le lloré a quien no debí llorarle... En fin... De los errores se aprende.

Este año, la Navidad llegó sin sentirla; tampoco vivo en esa asquerosa habitación en la que estuve el año pasado por estas fechas y mi-vivir-sola (aunque ya no tan sola) se ha tornado en una muy grata experiencia.

De pronto me di cuenta que era 24 de diciembre y que saldría temprano del trabajo para ir corriendo a un almuerzo en casa de mi hermano. Luego fui a casa para encontrarme con mi chinito, compramos regalos para sus sobrinos y me llevó a ver a mi papá. Pasé la Noche Buena con mi viejito y me di cuenta de que hacía casi 15 años que no lo abrazaba en Navidad.

No le compré regalos a nadie, salvo al chino (regalo que no se cansa de oler) y a mi papá. En realidad, a mi papi me lo llevé a tomar lonche a un lugar bonito y ese fue su regalo. Me da la impresión de que las cosas materiales valen muchísimo menos que esa tarde en la que lo vi tomarse esa enorme taza doble de chocolate caliente con crema y comerse ese tiramisú; tanto chocolate, y el gusto de estar ahí sentados, lo hizo tan feliz a mi viejo... ¿Para qué más?

Descanso, familia, amor, billetera, lechón, ropa, pavo, nueva-rica-rara-“experiencia”, más amor, Baileys, solidez, rosas, felicidad, calzón amarillo, risas, abrazos, helado de ciruela chilena, paciencia, puré de manzana...

Aún me falta hacer mi lista de promesas para el 2009, pero eso será para este nuevo feriado largo que se viene. Concluyo en que este fin de semana largo navideño fue realmente exquisito y riquísimo... Qué buena mi "Feliz Navidad".

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3 comentarios:

  1. Feliz Navidad para ti también, Malena!!!

    Espero que el próximo año esté lleno de bendiciones y de nuevas experiencias en todos los sentidos... Y tú sabes a lo que me refiero.

    Hasta entonces y cuídate mucho!!!

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  2. FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO MALENA.

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  3. Felices Fiestas igualmente (aunque no tenga la menor idea de quién eres...)!!
    Se agradece su amable visita, lectura y comentario.
    Saludos!

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