26.2.08

Silueta

"Y llegó en el momento preciso. Esa silueta en la oscuridad de su habitación parecía danzar como danzan los delfines en el mar antes del acto de la procreación. En realidad se sentía un aroma diferente en su pieza, un aroma un poco imposible de relatar, pero no de recordar.

Lo que les sucedió esa noche fue algo que ni ellos mismos imaginaban; las siluetas se mezclaban, se unían tanto que podría decirse que hasta lograban fundirse en una sola. El sudor, el aliento, los movimientos, todo era, para ellos, algo distinto, algo nuevo.

Ella vestía de negro. Él, de color azul. Un azul tan intenso como la mirada que la recorría cada segundo de esa noche interminable. Cada segundo que parecía más largo en la inmensidad de la que se sentían dueños, amos, como si todo se hubiera puesto a su favor con tan solo cerrar los ojos y dejarse embargar por los aromas que despedían.

La noche la tornó él en magia y fue capaz de convertirla en un arroyo, el más puro que pueda existir, y ella, como arroyo, lo envolvía entre sus aguas cálidas y transparentes para darle cabida en su espacio, su mente, su alma, su vida entera... Aguas tan capaces de generar la más tierna seguridad en él, su mago eterno...

Ambos esa noche fueron capaces de descubrir la dulzura de un beso y la fineza de una sola caricia. Ambos se entregaron a una vida distinta llena de esperanza y sensibilidad. Ambos, como siluetas, fueron eternamente felices en esa noche tratando de encontrar un rumbo distinto, un rumbo completamente distinto.

Ahora la oscuridad ya no la asusta, la conmueve, porque tiene clavada en su mirada aquella silueta desnuda que la cuida sin cesar... la silueta desnuda... la silueta desnuda... la silueta desnuda..."

1 comentario:

  1. De donde sacaste tanta inspiracion? No me respondas, ya lo sé.
    Te adoooro y te extraño.

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