15.7.08

Los amigos que perdí (y una que quiero recuperar)...

En algunos momentos de mi vida me sentí rodeada de muchas personas: en el nido, en el colegio, en la universidad... Pero eso no significa, necesariamente, que todas estas personas sigan a mi lado. Como dicen, algunos van y otros vienen en distintos momentos y lugares. Sin embargo, me parece que son más los que van que los que vienen a lo largo del camino.

Me considero una persona amiguera y súper sociable, pero si chocas conmigo... ¡Ay! ¡La que te espera! Basta tan solo con una mentirita o una ligera traición para que de un definitivo porrazo ¡ZAS! te arranque de mi vida y, si tienes suerte, después de un tiempo te vuelva a hablar, pero, claro, no con las mismas ganas de antes.

A lo largo de mi vida he conocido a muy buenas personas que por azares del destino se han visto envueltas en algunas circunstancias de “mala onda” conmigo y, no por azar, las he enviado a mi lista negra de “ex amigos”. La mayoría de gente que me conoce dice que soy muy radical en muchos aspectos de mi misma. Pero es que es así, señores: o blanco o negro. Punto.

¡Uy! ¡Qué mala eres, oe! Podrán decir... Se equivocan, pues. Detrás de estas líneas está la niña más dulce del mundo (jajaja)... Ya, dejémonos de cojudeces... El punto es que no siempre me siento bien después haber “eliminado” a estas personas de mi lista blanca de amigos. Por ejemplo, el último día de clases tuve ganas de darle un abrazo a C, una chica con la que compartí muchas cosas y que por equis motivo terminé peleada con ella. En fin, me quedé con las ganas de ese último abrazo. Qué vaina, a veces también peco de orgullosa.

Orgullo y radicalismo (¿existe esa palabra?). La cuestión es que cuando estas dos palabritas se juntan hacen que me convierta en un ogro (verde y peludo). Hoy estoy alejada de Y, mi mejor amiga, por cosas que, creo, debería dejar pasar. Supongo que es materia de tiempo para que todo se arregle y podamos lorear, caminar, sonsear, cantar y jugar como lo solíamos hacer.

Te extraño. Incluso, hasta tu copete rococó y tu oso rosado de polar invernal.

Sí, sí... es recontra raro que yo ponga estas canciones acá, pero eran algo así como nuestro “Himno a la Bandera”.





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