11.7.08

Y finalmente, se acabó...

Cuánto tiempo esperé para que llegue este día... Recuerdo que en mi primer día de clases, en agosto del 2002, me pareció eterno pensar que en algún momento terminaría mi carrera y egresaría de la Universidad. Los ciclos me parecían interminables y las separatas para leer, las más largas del mundo.

Cuando pasé a facultad, la cosa cambió un poco: gente nueva, cursos interesantes, un espacio diferente... Me llegué a sentir más grande, más madura, por el simple hecho de ya no estar en Generales. Ahí me sentía en lo mío, ya no me tenía que preocupar por cursos que no me importaban un carajo, sino por aprender y tener nuevas experiencias en el campo por el cual estaba realmente interesada.

Estas dos últimas semanas han sido para mí como un recuento de los seis años que pasé en la Pucp. Pensé en lo bueno, lo malo y lo feo, por así decirlo, pero no encontraba cosas feas en mi haber universitario (salvo alguna que otra persona INNOMBRABLE que no vale la pena mencionar). Todo lo vivido en estos seis años ahora me parece increíble, tanto que no quiero irme de acá. Me dirán loca, trastornada, enferma mental, pero no quiero irme... no quiero... (estoy pensando seriamente en encadenarme a algún poste del campus).

El miércoles que pasó fue el último día de mi clase de Proyecto. Todos arregladitos y bien formalitos nos fuimos a almorzar a un hueco de mala muerte (para no perder la costumbre) frente a la Universidad, previa sesión de fotos en el Z. O sea, justo las últimas semanas en las que vamos a estar juntos en un mismo entorno las usamos para tomarnos fotos, salir a almorzar, irnos a chupar a avenidas cercanas de la Universidad y toda esa parafernalia que uno hace muuuucho antes de lo que a nosotros se nos ocurrió. Que sarta de babosoooooos!!!! Pero no puedo negar que me he divertido...

Nunca pensé que iba a extrañar tanto estas aulas, las cafetas (aunque nos atiendan maaal muuuy maaaaaaaaaal), los jardines, los guachis (ayer uno me recitó un poema!! Lindoooo!!), los chicos de los laboratorios del Z, las amistades que cultivé... Lo voy a extrañar todo... Todo menos a las tipas esas hijas de su madrecita de Mesa de Partes de Comunica (menos a Vianca, a ella sí la voy a extrañar. Hoy me llamó por mi nombre. Ni enterada que se lo sabía...).

Asu... ya mucha wada... mucha nostalgia...

A continuación, algunas jotitos (gracias a la Morena) como para que se me baje la tristeza, ¿no? O tal vez al verlas me ponga más triste aún... Maldición... qué voluble...





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