10.7.08

Chespirito en Lima: no contábamos con su astucia...

"Un Pisco Sour, por favor" fue lo primero que dijo al entrar a escena...

El día martes que pasó fue un día duro para mí: entrevista de chamba, recoger encargos, hacer un focus group, dejar encargos (en el culo del mundo)... y todo, todito, en tacos y ropa formal. Mis pies estaban tan desesperados por salir de esas botas que casi lograba escuchar sus gritos de lamento.

Llegué a mi hogar dulce hogar como a las 7:30 de la noche y lo primero que hice (por obvias razones) fue quitarme los zapatos y el pantalón. Fui al baño y mientras me lavaba las manos sonó mi celular. Realmente no hice caso, estaba tan cansada... que no jodan, que vuelvan a llamar si quieren... y efectivamente volvió a sonar: era Rogelio en una -supuestamente- llamada de rutina. "Dónde estás?", "En mi casa, acabo de llegar", "Quieres ver a tu ídolo, Chespirito? Alístate"...


Cuando me enteré que Chespirito venía a Lima puse el grito en el cielo, o más bien, en el counter de Teleticket. Desde ese momento -aproximadamente hace un par de meses- estuve casi todos los días diciéndole a Ro que quería ir, que tenía que verlo, que era mi sueño desde que era una ratona... En fin, el pobre andaba taaaan torturado... Pero al menos me dijo que había una ínfima posibilidad de que regalen entradas en su empresa. Posibilidad ínfima, pero posibilidad al fin y al cabo, ¿no?

Mis expectativas de ir al evento se esfumaron cuando me dijo hace un par de semanas que la entrada estaba carísima como para que lleguen entradas gratis a la empresa. Aquellas ínfimas posibilidades se estaban conviertiendo en nulas como también en nulas se convertían mis posibilidades de ver a Chespirito en persona.

¿¿¿Cómo rayos consiguió las entradas??? Hasta ahora no me quiere decir, pero solo sé que tuve la increíble oportunidad de ir a la Gran Noche de Estreno de la obra "11 y 12" el día martes y que desde la sexta fila pude verle hasta la última arruguita; hasta ahora no puedo creer que lo estuve viendo y adorando a este gran ídolo que me sigue arrancando risas y sonrisas.


Cómo olvidar al Chómpiras, al Chapulín Colorado, al Dr. Chapatín, a Chaparrón Bonaparte o al infaltable Chavo del 8. Cómo olvidar que cuando era chiquita (con cinco años más o menos) salía solita de mi casa con destino a la bodega más cercana para comprar una Coca Cola de vidrio personal (qué ironía... quién diría que es gracias a esta gaseosa que tuve mi entrada en la mano...) y un paquete de galletas de soda Field especialmente para ver el "Chavo del 8" echada sobre mi cama. Y cómo olvidar que hace tres días logré verlo en persona, finalmente!!!!

Por obvias razones no les voy a contar de lo que trata la obra, pero solo les digo que hay que tener los HUEVOS bien puestos para ir a verla.

Muy recomendable!!! Realmente fascinante!!!

Eres un ángel, Ro. Gracias por esta grata, gratísima sorpresa!!!

Aquí el primerito, primerito del Chavo... cómo cambiaron después las cosas...





Fotos: Peru.com

1 comentario:

  1. Qué chévere que hayas ido a ver a Chespirito!!!!!




    así hayan sido entradas gratis, qué chucha porque igual lo gozaste rico... ¿o no?

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