9.9.08

Doce lukas...


Hoy tuve mi primer chonguito en el trabajo: ayer me llevé a casa una revista de la oficina para leerla con Ro en la comodidad de nuestro hogar. Obviamente, la traería de vuelta, pero para eso tendrían que pasar, por lo menos, un par de días.

Hoy en la mañana, mientras actualizaba las noticias en uno de los paneles, se me acercó un señor. Quería la última Caretas… ¡La puta madre! Este señor era, ¡oh, maravilla!, un auditor de la Contraloría y era súper necesario que tuviera la dichosa revistita en sus manos, cosa que era casi imposible, porque esta estaba aún en mi casita...

Fui entonces donde mi jefa para ver si me podía prestar la suya. Craso error. Me preguntó para qué quería SU Caretas si en la Gerencia teníamos una y, ni modo, le tuve que decir la verdad… El resultado: me mandó al kiosko más cercano a comprar OTRA revista con MI plata. “Ese es tu castigo, Malena”, dijo.

A ver… Tengo trece soles en la billetera… menos doce soles de la revista… queda un sol… ¿¡UN SOL!? La puta madre… Me quedaría sin almorzar…

Solo atiné a contarle mi desventura a Ro –esperando una “llamada de atención”, conociéndolo…- vía mail. "Me cagaron... Un maldito auditor vino a buscar la Caretas y, como no la traje, la maldita jefa me hizo ir a comprar una... Me tire las últimas 12 lukas que tenía... Me cagué, me quedé sin almuerzo:(".

Realmente pensé que me diría “¿por qué no la llevaste si te la di en la mañana?”, pero por el contrario recibí un “Voy para allá... almorzamos juntos, no te preocupes”. Mi sensibilidad pudo más que yo y se me llenaron de agüita los ojitos, pero mi PH de perritos azules acudió en mi rescate y nadie se dio cuenta… felizmente…

Sé que él no es muy cariñoso ni muy demostrativo; cuando aún estábamos en gileos me dijo una vez por mail que era tímido, pero que si lo miraba a los ojos podía ver todo lo que me quería decir. No sé… la verdad es que muchas veces logra sorprenderme y lo que hizo hoy por mí (teniendo en cuenta que tiene un re huevo de cosas por hacer y que por eso iba a almorzar en la oficina), significó mucho y me demostró una vez más muchas cosas, así no me manifieste muchos de sus sentimientos mediante cursilerías y cojudeces.

Además –lección #2-, ya sé que debo devolver las cosas que tomo prestadas de la oficina lo más pronto posible. Carajo, no vuelvo a gastar 12 lukas en esta oficina del mal y, pa´ concha, aún ni me pagan…

1 comentario:

  1. PA QUE APRENDAS MALENA!!!!!




    Porfa devuélveme mi colección de Condorito de Oro y mis Libros Gordos de Petete...

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