23.2.12

Mi bozo adolescente


Me imagino que muchas niñas y adolescentes deben tener un bozo pronunciado. Yo no consideraba tenerlo. Es más, no me di cuenta de su presencia hasta que mi madre lo mencionó en algún momento entre mis 12 y 16 años. Pero no solo lo mencionó, sino que trató de eliminarlo, de borrarlo de la faz de mi rostro a como diera lugar.

Uno de sus intentos (el más radical) lo realizó en la peluquería de Gladys. Era un día común y corriente, uno de aquellos en los que vas a cortarte el pelo y a leer revistas de esas que no compran en tu casa. De pronto, a mi progenitora no se le ocurrió mejor idea que preguntarle a Gladys si el blondor se podía usar también en la cara, "como para que no se le vea tan oscurita a mi hijita".

Creo que tenía unos 14 o 15 años y me quedé sentada en la silla de la peluquera viendo cómo esa mala mujer preparaba su mezcla tóxica en un plato hondo de plástico. Me dejé aplicar la decoloración en la cara, en toda la cara... Sí, me dejé como una monga, dejé que me pusieran ese líquido apestoso por unos 20 minutos para que haga efecto, "pero en el contorno de los ojos no, porque arde"...

No sé qué fue peor, si ver a mi madre feliz porque los vellos de mi cara estaban finalmente rubios (su sueño hecho realidad) o notar que, efectivamente, estaban rubios todos, menos los del contorno de los ojos... Sí, parecía un oso panda, un gran oso panda.

Su segundo intento (y el último, porque decidí tomar posesión de mi cuerpo y que nadie le haga nada que yo no quiera) fue entre los 15 y 16 años, y bien lo recuerdo. Andábamos en Saga, caminando, viendo ropa, relajadas en una tarde de fin de semana. De pronto, el demonio personificado se acercó: "señora, ¿no desea llevar cera depilatoria en oferta?". No recuerdo bien si la cara de mi madre se iluminó por la oferta o porque se imaginaba qué es lo que me haría con la cera...

Segundos después, ya tenía esa cera caliente sobre mi bozo. La promotora sin corazón le había hecho caso a mi madre y me había aplicado ahí mismo, en el pasillo de la tienda, el producto, "para que vean lo efectiva que es", pero no sin antes echarme talco a la zona. Claro, y como existe gente bien chismosa, se aglomeraron a mi alrededor, en una especie de círculo de sacrificación satánica. Pobre yo, pobre mi bozo, pobre mi adolescente bozo.

Otros segundos más después, esta otra mala mujer tiro de la cera seca y mi bigotito desapareció. Me echó una crema post trauma y mi madre se sintió nuevamente realizada "porque la más oscurita de la familia ya no tendría pelitos de más en la carita". Caminó hacia la primera caja que encontró a su paso con su (mi) cera depilatoria en oferta en las manos. La pagó y nos fuimos a casa; ella, feliz por haber comprado un maravilloso botín, y yo, enrojecida y adolorida.

De ahí en adelante, si hay que arreglar asuntos entre mis vellos y yo, me ocupo personalmente de ellos. Ahora que lo pienso, creo que es por el trauma que no voy a ningún spa a que me hagan la cera...

14 comentarios:

  1. tu madre es un personaje...pobre Malenón!

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  2. BUENASO PUES!
    Y QE DIVERTIDA FOTO ME ENCANTA
    JAJA
    UN BESITO
    escobedojimy.com

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    1. De vez en cuando tengo que contar estas cosas... Estoy pensando incluso hacer un libro acerca de mi vieja y mis anécdotas con ella, jajajaja!

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  3. Me he reído mucho con tu post!!
    Tu blog está lindo!
    Ya te sigo!!

    Cynthia

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  4. Hola! sin querer llegue a tu blog, y precisamente a este post, si lo que te paso en Saga fue en el de San Miguel, creo haber presenciado el acto jaja, fue hace como 10 años, y lo recuerdo como si me hubiese pasado a mi.
    Naths

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    1. Oh, no! Jajajaja! No te puedo creer! Sí, fue en Saga de San Miguel, en el año 2000 si mal no recuerdo. Qué divertido tener una testigo de ese día tan vergonzoso!

      Gracias por leerme!

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  5. Buena! Me pasó exactamente lo mismo ... odio el blondor, pero no dejé que me lo aplicaran en la cara solo en el bozo. Después de eso me creció un bigote de charro que hasta ahora saco con pinzas...¡no se notaba mi bocito!
    Me encantó tu historia...voy leer tus otros post

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    1. Yo ahora uso ccera, qué desgracia!

      Gracias por pasar por mi blog!

      Besos!

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  6. Eres genial!... y lo más increible encontrar aqui a la testigo de la crueldad de tu madre y la vendedora :)

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    1. Jajajajajajajajaja! No sabes cómo me divierto cuando cuento o leo esta historia. aquellas anécdotas vergonzosas realmente se convierten en parte divertida de tu vida cuando pasan los años!

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  7. Tu mami es un caso jajajja! me encantó el post y la foto! :)...Elizabeth

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